Artesanas de Tekax se ayudan produciendo cubrebocas alusivos a la región

Graciela H. Ortiz
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 5 de mayo, 2020

"Somos un grupo de 10 mujeres que tenemos un taller de costura aquí en San Agustín, desde 2012, comenzamos haciendo protección apícola como guantes y velos; después empezaron a traernos uniformes escolares para costurar y este año, también, estuvimos trabajando una parte de las chamarras escolares que el Gobierno ha estado dando en las escuelas, pero a raíz de la situación actual, pensamos en trabajar lo que es cubrebocas y comenzamos con un pedido del PPD", contó Rita Canul Ek, una de las directivas del grupo de costura de las mujeres artesanas de la Cooperativa Turística de San Agustín, Tekax, que producen tapabocas con bordados de la región para apoyarse en esta contingencia por el COVID-19.

Agregó que con sus compañeras pensaron en darle un toque diferente a los cubrebocas que se están promocionando, "un toque especial que nos identifique como comunidad maya que es el punto de cruz y el bordado, con dibujos que representen la biodiversidad como unos loritos, un venado, una mariposa, es decir animalitos del entorno de nuestra comunidad".

Señaló que la comunidad cuenta también con una cooperativa de turismo "y llegaban grupos a visitarnos y ahí podíamos vender lo que producíamos, porque hay varios grupos de trabajo: hilo contado, pegado de madera, hamacas y nuestro taller de costura".

Ante la falta de visitas y debido a la suspensión de actividades, las artesanas comenzaron esta actividad apoyadas por Bioasesores A.C. y el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD), del Fondo para el Medioambiente Mundial (FMAM).

Así el PPD encargó a través de Bioasesores A.C., una asociación civil que se dedica a promover el desarrollo comunitario por medio del aprovechamiento sustentable de los recursos, bajo una perspectiva de inclusión de género, la realización de estos tapabocas, comercializados por la directora de Bioasesores A.C., Jaynet González Alvarado, a través de las redes.

"Nosotras podemos costurar y armar unos 450 o 500 cubrebocas por día con las piezas que nos entregan que ya vienen bordadas, trabajo que realiza otro grupo de entre 10 o 15 personas", explicó.

Aseguró que esta actividad es un gran apoyo para las familias que lo realizan, "pero no tenemos donde vender lo que estamos produciendo por eso es tan importante el apoyo que estamos recibiendo, nos llena de alegría y nos da tranquilidad, es un pequeño ingreso que buena falta nos hace".

Comentó que en la comunidad no hay empleo seguro, "lo que mayormente se trabaja es el aprovechamiento forestal y se produce mucho lo que es carbón y tutores de madera para huertos, pero ahora por esta contingencia todo lo que se estaba haciendo ya no se puede seguir comercializando".

Los cubrebocas, de doble tela de popelina y algodón, cuestan 90 pesos, los bordados a mano; 80, los bordados a máquina, y 55 pesos los que no tienen motivo.

El PPD también apoya a la comunidad a través de videos y fotos de calidad para promover esta actividad. Contacto para ventas Jaynet González: celular 999 175 7718.

[b]Tapabocas para todos los gustos[/b]

A medida que fue avanzando el uso del tapabocas, comenzaron a salir diferentes modelos con variados motivos.

En Mercado Libre México es posible encontrar cubrebocas con diversas figuras desde militares hasta con motivos de la [i]Guerra de las Galaxias[/i].

Para los niños y niñas se ofrecen tapabocas de [i]Angry Birds[/i], [i]Frozen[/i] y el hombre araña. En varios negocios de Mérida, como supermercados de barrio o panaderías, algunas de sus empleadas que se dedican a la costura complementan sus ingresos con la venta de tapabocas realizados con retazos de telas de diferentes motivos.

También hay precios para todos los bolsillos, así los realizados con algodón simple cuestan entre ocho y 16 pesos; los de máscaras 85 pesos; otros con motivos varios realizados en polipropileno quirúrgico se venden a 324 pesos la docena; los de [i]Star Wars[/i] a 40 pesos; los tipo militar a 20 y los de niños a 39 pesos cada uno.

Edición: Enrique Álvarez