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La Jornada
23/10/2025 | Ciudad de México
Una de las realidades más duras a las que un transexual debe enfrentarse es al costo de la operación de reasignación de género. Según Bookimed, una plataforma de turismo médico, el proceso de masculinización varía entre 4 mil y 10 mil dólares, y el proceso de feminización está entre 6 mil 400 y 30 mil dólares.
Sin tomar en cuenta el costo de la evaluación preoperatoria que, de acuerdo con la Mayo Clinic, debe incluir: revisión de antecedentes médicos personales y familiares, exámenes físico y psicológico, análisis de laboratorio, revisión de la terapia hormonal, registro de vacunación, examen de detección de afecciones y enfermedades, incluyendo las de transmisión sexual. Tomando todo esto en consideración, la persona terminaría gastando cerca de medio millón de pesos.
¿Opciones? Viajar a Irán, donde la operación es más barata y el documento que valida el género sólo cuesta 4 mil 500 dólares, de acuerdo con la plataforma IranMedTour. También se puede hacer un cobro extra, no tan costoso, por hospedarse en un hotel de lujo. Aún así todo el viaje sería más barato que comprar un coche nuevo en México.
Pero toda magia tiene un precio. Según la International Gay and Lesbian Human Rights Commission algunos cirujanos de ese país tienen una “reputación pésima, conocidos a menudo como “carniceros” que descuartizan y deforman cuerpos trans”. La razón por la cual hay clínicas que hacen cirugías tan baratas se debe a las exigencias gubernamentales.
Esto es así porque en Irán se toma muy en serio el género. Si una persona se identifica con el género contrario al sexo con el que nació, las leyes exigen que se someta a una cirugía de reasignación. De lo contrario, pueden ser flageladas y asesinadas. La ley incluye a lesbianas y gays que se sienten conformes con su cuerpo biológico.
Por otra parte, al gobierno iraní le importa el turismo trans para reactivar su economía paralizada, causada por las guerras y las sanciones de la administración de Trump. La meta de dicho país es generar más de 7 millones de dólares anuales a través del turismo médico, el nicho más prometedor son los transexuales.
Este panorama pone a la comunidad LGBTTTI en una encrucijada. Las personas trans buscan bienestar al momento de someterse a una cirugía de reasignación de género. Si viajan a Irán podrían pagar el procedimiento y sentirse mejor, pero al mismo tiempo su dinero sería una herramienta para mantener un Estado que somete (por otros medios) a compañeros de su propia comunidad.
Edición: Ana Ordaz