Seguramente si en algún momento has bebido alcohol en exceso conoces perfectamente las consecuencias comúnmente conocidas como cruda o resaca, pero ¿conoces realmente porqué te sientes así?
La UNAM explica que una persona puede experimentar este estado físico debido a la intoxicación etílica donde el cuerpo se daña e inflama.
Entre los síntomas más comunes están el dolor de cabeza, sed excesiva, cansancio, debilidad, náusea, dolor muscular o vértigo.
Lo que pasa es que el alcohol llega al organismo y su efecto comienza con la deshidratación. Además, la presencia de este irritante produce más ácido y por ello se presentan las náuseas y el vómito.
El alcohol también llega al sistema nervioso central y causa dilatación en los vasos del cerebro, ahí el dolor de cabeza.
La UNAM destaca que hay que considerar tres aspectos al beber alcohol: la velocidad, el tipo de bebida y otros factores como si la persona está en ayuno, fuma, está tomando medicamentos, entre otros.
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La recomendación es comer bien antes de comenzar a beber, tomar mucha agua y no fumar. Además, un consejo extra es evitar tomar medicamentos porque incrementan el problema de la absorción del alcohol en el cuerpo.
Lagunas mentales
La Máxima Casa de Estudios advierte que las altas dosis de alcohol generan una importante toxicidad en el cerebro que dan origen a los episodios de somnolencia, agresividad y pérdida de la memoria.
Los también conocidos como blackouts se presentan cuando el alcohol no se metaboliza en el hígado y se sube rápido al cerebro.
“Las lagunas mentales, no poder recordar lo que uno hizo estando bajo los efectos del alcohol, causan mucha ansiedad. Cuando una persona acude a consulta por esa ansiedad, es probable que ya tenga una lesión a nivel del sistema nervioso central, generada por el mismo alcoholismo”, explica la UNAM.
Edición: Emilio Gómez
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