A pesar de que los pobladores de las comunidades mayas que se dedican al turismo comunitario no compiten con volúmenes que manejan las grandes agencias tours operadoras, tratan de que su diferenciador en esta experiencia sea la autenticidad y el valor de preservar la cultura maya y naturaleza.
Miguel Canché, del santuario Xiimbal Bej (Recorriendo Senderos), ubicado en la comunidad de San Silverio, explicó que la importancia del turismo cultural se basa principalmente en la conservación de usos y costumbres tradiciones y también promover el respeto a la naturaleza.
Sostuvo que el plus o diferenciador que pueden palpar los visitantes es lo auténtico, puesto que son experiencias y no un producto, porque los habitantes conocen desde cómo cocinar, el respeto y uso de sus tradiciones con un trato de la calidez y calidad.
Refirió que el turismo cultural no sólo son fotos, dado que los visitantes puede llegar, conocer, aprender y respetar toda esta cultura y naturaleza que causan impacto positivo debido a que es una experiencia que no pueden tener en cualquier lado y en el caso de la comunidad, dan el mensaje de que la cultura debe conservarse, cuidarse, apreciarse y no olvidarse.
“En cuestión de la competencia, el hecho de ser un emprendedor y estar empezando desde cero pues las empresas que ya están consolidadas absorben a todo el turismo, tienen promociones en paquetes y mejoran preciosa, a diferencia de un emprendedor en un pueblo, que no puede darse ese lujo debido a que prácticamente está trabajando con lo que tiene y el precio que ofrece a veces es casi sólo cubriendo las necesidades básicas, sin generar alguna ganancia”, explicó el entrevistado.
Sin embargo, dijo, un proyecto comunitario pequeño puede tener como arma principal la calidad en el servicio, debido a que las empresas grandes dan un servicio simple por el tiempo que se utiliza y por el turismo masivo que manejan, a diferencia del turismo comunitario, que son grupos pequeños y siempre suele ser más auténtico debido a la experiencia directa con la gente en las comunidades.
En términos generales, expuso que hacer turismo comunitario impulsa mucho a los pueblos, educa a los jóvenes y está buscando una forma preservar las tradiciones que pudieran estarse perdiendo por la globalización.
“El hacer turismo comunitario o turismo cultural es un ejemplo de que estamos aportando un granito de arena para el rescate de la cultura, de las tradiciones, de las lenguas, de todo lo que tenemos arraigado, lo que viene de nuestras raíces y que tristemente poco a poco se va perdiendo, pero que nosotros como mayas y como parte de las poblaciones en las cuales todavía se conservan culturas, pues podemos aportar ese granito de arena y lograr rescatarlos”, sostuvo.
De igual manera, manifestó que tristemente en muchas empresas menosprecian a la gente que viene de las comunidades o habla algún dialecto o pertenecen a algún grupo étnico y quieren dedicarse a esta actividad; sin embargo, promover este tipo de turismo desde sus lugares de origen hace que puedan darle más valor y mayor importancia a las culturas y tradiciones.
Dificultades
Reconoció que hacer turismo comunitario es algo pesado debido a que tristemente la sociedad en los pueblos no está abierta a los cambios, a mejoras, ni a nuevas ideas. Consideró que como 80 por ciento de la gente primero espera a ver qué va a suceder y no apoya hasta que ven el resultado, allí es cuando se unen.
Dijo que los emprendedores indígenas que quieren desarrollar este tipo de proyectos tienen que trabajar bastante, desde capacitar, mostrar a la gente los beneficios y hacerlos entender las diferentes circunstancias que pueden presentarse.
Edición: Emilio Gómez
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