Carlos Águila Arreola
Foto: Fernando Eloy
La Jornada Maya

Cancún, Quintana Roo
Martes 30 de junio, 2020

El Tren Maya pretende detonar un proceso de proletarización de la población rural, buscando que campesinos e indígenas que hoy se autoemplean conformen una población urbanizada con escasas opciones de reproducir su cultura y tejido, orillada a contratarse en el nuevo orden forjado para la península de Yucatán. De acuerdo con Sergio Madrid Zubirán, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), y el investigador Eugenio Fernández Vázquez, el proyecto ferroviario busca que los territorios rurales que hoy están en manos de comunidades campesinas e indígenas, que por siglos han resguardado y manejado, queden sin la presencia y custodia de la población originaria.

“Es un proceso que facilitará la incorporación de tierras y bienes al desarrollo de actividades extractivistas y al mercado inmobiliario. El Estado busca la llegada de grandes inversiones a la región bajo el supuesto de que el empleo asalariado es la mejor forma de atacar la pobreza y marginalidad”, se lee en el documento Tren Maya: nuevo impulso a la desruralización de la península de Yucatán.

El porcentaje de población con “empleo asalariado” aumentaría notablemente; sin embargo, esa apuesta se sustenta en un proceso de despojo de tierras, generando las condiciones para acentuar un modelo que concentra la riqueza y permite a grandes empresas y corporativos acumular capital y perpetuar su dominio.

“El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) impulsa un esquema que prioriza lo urbano y omite las realidades y derechos de las comunidades indígenas, distribuidas en más de mil 510 localidades de los pueblos maya, tseltal, ch’ol, jakalteko, awuakateko y akateko. Omite reconocer que es un territorio habitado y poseído por pueblos originarios con derecho a la libre determinación, de acuerdo con la Constitución (…) Este enfoque deja ver el racismo y clasismo que subyace en el Estado, expresados por el menosprecio a lo indígena y lo campesino. El proyecto efectivamente generará nuevos empleos, y es probable que la población campesina acceda a una parte de ellos, pero en ningún sentido esto tiene posibilidades de mejorar sus condiciones de vida”, se añade en el texto.


Edición: Enrique Álvarez


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