Joana Maldonado
Foto: Gerardo Jasso
La Jornada Maya
Chetumal, Quintana Roo
Domingo 28 de junio, 2020
El programa de gestión común para el uso turístico de la Laguna de Bacalar (Protur) fue desarrollado con la participación de organizaciones ambientalistas y ciudadanas, instituciones académicas, gubernamentales y sociedad civil que buscan conservar el patrimonio común y ofrecer “una parte de ello al turismo, pero con cuidado”.
El Protur fue generado bajo la coordinación de la bióloga Silvana Ibarra Madrigal, del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), y sus objetivos son operar el uso turístico congruente con la naturaleza, generar con la participación de todos los sectores un instrumento de política pública y proveer herramientas para la operación de turismo con base en el método del “límite de cambio aceptable y capacidad de carga”.
Se pretende fortalecer las actividades turísticas sustentables en el cuerpo de agua para asegurar la principal fuente de ingresos para los habitantes de Bacalar cuyo ecosistema se caracteriza por sus elementos naturales conectados entre sí como los ríos subterráneos, cenotes, el color turquesa de la laguna, la presencia de estromatolitos y todo ello depende de una calidad de agua transparente que a su vez es resultado de la diversidad de especies como caracol chivita, el milano caracolero, los microbialitos, el mangle, y los carrizos.
Ibarra Madrigal precisa que el ciclo de vida de un destino turístico tiene diversas fases “pasa por la exploración, el desarrollo y el estancamiento”, y en este sentido Bacalar transcurrió una década en la etapa de exploración.
Del 2008 al 2015, “la afluencia de turistas se mantuvo relativamente constante con incrementos graduales. Sin embargo, desde el 2016 incrementó y del 2017 al 2018 casi se duplicó el número de turistas, esto ha sido tan rápido que no ha dado tiempo de comprender y aplicar las claves para cuidar a la laguna”.
Mientras transcurre su etapa de desarrollo, el décimo municipio del estado muestra ya síntomas de avanzar hacia la etapa de estancamiento por mostrar aumento de la inseguridad, deterioro de los ecosistemas y contaminación del agua.
Ante las críticas del sector empresarial, que se han negado sobre todo a que se determine un área de protección la laguna de los siete colores, la investigadora responde que el Protur pretende otorgar a Bacalar competitividad turística como destino.
Los exhortó a que se acerquen a conocer el programa puesto que le otorgará a las inversiones mayor seguridad al ser un programa que permite aprovechar los recursos naturales a largo plazo.
Agregó que el Protur está hecho en un proceso participativo de unas 300 personas, cuyo método se basa en el “Límite de Cambio Aceptable” que responde a las preguntas: ¿cuál es el estado que deseo en la laguna? ¿Cómo quiero los colores? ¿Cómo quiero los estromatolitos? ¿Qué experiencia quiero darle al visitante?
“Eso nos lleva a un proceso de monitoreo comunitario a consciencia en el que cada mes salgamos a ver el estado de la naturaleza en los sitios que decidimos ofrecer al turismo, si notamos que se están deteriorando, nuestra capacitación y alianzas con gobierno deben ser suficientes para notarlo y adoptar acciones adaptativas para mejorar”, precisó.
Agregó que el cumplimiento de metas a corto y largo plazo depende de que el Protur sea adoptado por instituciones gubernamentales; que la sociedad dé seguimiento y del mecanismo de implementación.
“Es necesario un eje coordinador con atribuciones, que coordine, que equipe; que podamos hacer convenios de manejo entre la sociedad y el gobierno para operar las actividades y servicios congruentes con la naturaleza”, concluyó.
Edición: Elsa Torres
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