Tras una nueva controversia suscitada por el cierre de la Zona Arqueológica de Cobá, Margarito Molina Rendón, delegado en Quintana Roo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en compañía de funcionarios del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), llevó a cabo una conferencia de prensa para dar a conocer motivos de esas acciones en el recinto.
Molina Rendón sostuvo lo informado en el comunicado de que el cierre es dentro del Proyecto Tren Maya, el gobierno de México ha diseñado para los próximos tres años un Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).
Este programa, impulsado por el presidente de la república, se plantea como objetivo principal ampliar la investigación, conservación, protección y difusión del patrimonio arqueológico, así como mejorar los servicios para los visitantes.
Explicó que Promeza arrancó este 2021 y contempla, en su primera etapa, los trabajos en ocho zonas arqueológicas: Palenque, Edzná, Chichén Itzá, Tulum, Calakmul, Dzibilchaltún, Ruta Puc y Cobá, siendo esta última donde se desató el conflicto por su cierre la noche del jueves pasado.
En la serie de preguntas, se le cuestionó sobre por qué primero Cobá y por qué en plena temporada alta, a lo que respondió que son instrucciones de la federación.
Señaló que la Ley federal de zonas y monumentos arqueológicos y la ley federal de derechos regulan y obligan al INAH la protección, conservación y la administración de las zonas arqueológicas, así como sus cobros, añadiendo que lo que el ejido haga en términos de cobros contraviene la legalidad, y están cayendo en una irregularidad.
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