El primer viñedo de Quintana Roo se encuentra en la comunidad de Noh Bec, en Felipe Carrillo Puerto, una iniciativa familiar que avanza poco a poco hacia la creación de un vino quintanarroense.
“Fue en el 2017 más o menos cuando nos llegó la primer planta, la sembró mi esposa en el jardín de la casa, el primer año nos dio como 20 racimos, se podó y al siguiente año ya nos dio como 100 racimos esa misma planta, entonces nace la idea ahí mismo de hacer vino”, relató José Viveros Tadeo.
A partir de allí han tenido apoyo de diferentes personas, agrónomos y expertos en vino, pero también han pasado por varias situaciones que estuvieron a punto de hacerlos desistir, hasta que finalmente se asociaron con una agrónoma, con un ingeniero e incluso con la motivación de un italiano, quienes les han asegurado que sí se puede hacer vino.
Este proyecto se colocó en 2021 y 2022 entre los premios a la innovación ecoturística, pues se logró en primera instancia cosechar la uva, y expertos en vinos afirman que sí será posible crear un vino único con las uvas que se están cosechando y las maderas de la región.
Es así como en este momento se ha estado cuidando todo el plantío de uvas, mismas que podrán cosecharse en el mes de julio e iniciarán con las pruebas para la creación del vino.
“Después que nos funcionó la media hectárea de prueba vamos por cinco hectáreas para la producción de vino, estamos sembrando ahora variedad de especies, como Cabernet Sauvignon, Merlot, Moscato (Hamburgo), y queremos hacer barricas con madera certificada por el ejido Noh Bec, de las especies forestales comerciales, que va a ser prueba y error para ver qué especie de madera nos da buenos resultados y sea un vino quintanarroense”, compartió.
A la par de este gran plan del primer viñedo de Quintana Roo, se está generando un proyecto integral con varios vecinos de la zona, para crear toda una experiencia, que va desde el corte de la uva hasta experimentar el proceso de creación, senderismo, vendimia, maceración de uvas y tours a las comunidades contiguas, con la opción de pernoctar en cabañas que estarán junto al viñedo.
“Toda una experiencia de ecoturismo, bicicleta, recorridos a caballos, hay una lagunita aquí como a tres kilómetros, entonces habemos varias personas, como 15 ejidatarios se quieren unir al proyecto, una sociedad cooperativa donde podríamos dar el servicio y hasta visitar los árboles monumentos”, acotó el entrevistado.
Hoy el viñedo ya es visitado por turistas nacionales y extranjeros, y la meta es seguir captando interés para el crecimiento del proyecto.
Edición: Emilio Gómez
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