El rezago y deficiencias son inevitables

24 de enero, Día internacional de la Educación
Foto: Enrique Osorno

Dos panoramas caracterizan a la educación a distancia pública, sobre todo en el nivel básico y se relacionan con las condiciones socioeconómicas: están aquellos alumnos que pueden disponer de un celular o computadora con internet y los que sólo tienen contacto con una figura educativa periódicamente. 

Para el especialista en educación y catedrático de la Escuela Normal de Felipe Carrillo Puerto, William González Rodríguez, la educación a distancia tendrá como consecuencia el rezago, deficiencias y objetivos educativos que no se cumplirán y la educación no numérica sólo coadyuva a generar un ambiente más equitativo. 

El maestro en educación aplicada en nuevas tecnologías y actualmente candidato a doctorarse en ciencias de la educación explica los escenarios visibles de la educación a distancia, para la que ninguna autoridad en Quintana Roo y el país estaba preparada.

“El escenario es el de las clases sociales, uno en donde sin mayor dificultad los maestros y alumnos se comunican y por otro, el que me comentan ex alumnas; por ejemplo, para prescolar indígena ellas tienen que transportarse a las comunidades, llevar su cuadernillo de Aprende en Casa y dárselos de mano a los alumnos, y pues transcurren días, hasta un mes, para volver a tener contacto y por ende la evaluación es un reto porque no hay un seguimiento adecuado”, apunta.

Subraya que gran parte de la estrategia de evaluación tienen que ver con un seguimiento en el progreso del estudiante y si ese seguimiento no es continuo, no es una evaluación cercana, sino sólo “una aproximación” y en muchas ocasiones no es tan real.

Considera que con la estrategia de no asignar calificaciones la autoridad educativa busca englobar a todos los estudiantes, pero los diversos contextos que marcan cada escenario lo hacen complejo, en tanto muchos maestros también libran la lucha de contactar a los alumnos y tratar de establecer un contacto que a veces no se da.

Para el especialista la evaluación no numérica o cualitativa no es nueva, al menos en prescolar, y hasta cierto punto otorga más elementos de un avance real de los estudiantes, “lo que pasa es que no estamos acostumbrados”; sin embargo, acota, para el caso de la evaluación no hay seguimiento.

Por otra parte, asegura que los alumnos no están acostumbrados al auto aprendizaje y es en los padres en donde recae a veces la fortaleza, pero “¿qué pasa con aquellos que trabajan y tienen que llevar el sustento a casa?, ahí es donde hay problemas porque no pueden acompañar a los niños y entonces el maestro, con la propia estrategia, se ve obligado a asignar una calificación aprobatoria”.

Como consecuencia, dice, habrá rezago, deficiencias, objetivos y propósitos educativos que no se van a cumplir; porque en un salón de clases normalmente un maestro puede tener un contacto directo, pero es difícil evaluar a un alumno que no se conecta, y a mediano plazo, habrá alumnos que terminen niveles y pasen a otros con claras desventajas.

“Los maestros buscan alternativas con tal de garantizar la educación, pero la realidad es que no estábamos preparados para eso y no tenemos infraestructura”, acota. Añade que muchos niños van a tener que superar no solo la institución que dará el egreso, sino las que van a recibir y a requerir de un esfuerzo adicional para regularizar.

“Esos alumnos deberán entrar con un diagnóstico puntual de los aprendizajes y diseñar estrategias para regularizarlos, porque en muchos de los casos son alumnos que perdieron el año. Es un año perdido y habrá que encontrar la estrategia para recuperarlo”, indica.

Para la educación pública, además, el rezago será muy distinto a aquellos que se mantuvieron en educación privada y que son alumnos que toman clases en horarios regulares, constantemente hacen tareas y cuentan con un seguimiento mucho más personal y en donde se asume que cuentan con recursos materiales.

González Rodríguez concluye en que estos tiempos de crisis extraerán la naturaleza de las personas y “vamos a distinguir quienes son los buenos y malos maestros, quien sí estuvo pendiente y buscando la manera de propiciar el aprendizaje en sus estudiantes y quien no”.

 

Este domingo 24 de noviembre, La Jornada Maya presenta el especial 24 de enero, Día Internacional de la Educación, de la mano de sus reporteros y columnistas:  

- Maaya ajka’ansajo’obe’ tu patjo’oltajo’ob u nu’ukbesajil kaambal ka’alikil pak’be’en k’oja’an

- El rezago y deficiencias son inevitables

- OMS recomienda no cerrar escuelas durante la pandemia 

- Docencia a distancia, un reto de organización y también económico

- 'Aprende en casa', un modelo educativo que no suple al docente

- Disrupción educativa sin precedente: ONU

- No hubo una estrategia clara para el nueva sistema educativo virtual: profesora

- Educación a distancia desafía a más de 13 mil menores con discapacidad

- Estamos ante oportunidad para un programa educativo mixto: Mass Cab

- Docentes de educación indígena, creativos para evitar deserción escolar por pandemia

Edición: Elsa Torres


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