Las lesbomaternidades necesitan ser nombradas

Especial: Abanico de maternidades

El primer reto al que se enfrentan las madres lesbianas es a la visibilidad, por lo que hoy en día exigen ser nombradas y reconocidas como tal, no como “mamitas especiales” como en algunos espacios son consideradas, de acuerdo con Ana de Alejandro, activista, feminista, lesbiana, madre y madrastra, fundadora de la Red de Madres Lesbianas en México.

Ana de Alejandro explicó que el primer grupo de madres lesbianas existió alrededor de los años 80 -fue fundado por Nancy Cárdenas- y posteriormente, alrededor de 1995 fue creado otro por Rosa María Ortiz y Guadalupe González.

Sin embargo, más adelante fueron creados círculos de familias diversas y enseguida fue necesario unificar a los grupos de madres lesbianas que se habían creado en distintos puntos de México y desde este espacio se han exigido legislaciones que les favorecen.

“También ha servido para que nuestras hijas e hijos conocieran a más familias como las nuestras y dejar de sentir que sus madres son las únicas madres lesbianas en el mundo”, indicó.

En cuanto a la maternidad, la activista precisó que aún hay desconocimiento porque se tiene la creencia de que las mujeres lesbianas sólo adoptan, pero hay incluso más de 11 formas diferentes de acceder a la crianza.

Existe la forma tradicional, es decir, hay mujeres que no se descubren lesbianas, sino después de haber pasado por la heteronormatividad y haber tenido hijas e hijos, señaló. Otra forma es la maternidad por opción, es decir cuando una mujer lesbiana conoce a otra que ya tiene hijos o hijas y participan en su maternidad, agregó.

Mencionó los métodos de reproducción asistida que también se usan y puede ser por inseminación casera, inseminación medicalizada, fertilización in vitro, método de Reproducción del Óvulo de la Pareja (ROPA) y métodos más avanzados como el hecho de que el embrión se gesta durante las primeras semanas en el cuerpo de una mujer y luego se transfiere al cuerpo de la otra.

Una manera más de poder ser madres lesbianas es a través de la inyección intracitoplasmática de espermatozoides, método por el cual se puede usar el ADN (ácido desoxirribonucleico) de una de las mujeres y el ARN (ácido ribonucleico) de la otra, además de los espermas de algún donante y entonces se forma una triple parentalidad genética, informó.

“También está la crianza compartida, por ejemplo, cuando una persona que conocemos con hijas, hijos, no los puede criar y a través de la crianza por acogida los ve la tía, madrina, amiga…”, explicó la activista. 

Una forma es las coparentalidad, es decir cuando una pareja de personas homosexuales se ponen de acuerdo con una pareja de lesbianas y pueden elegir la vía de preferencia para tener una hija o hijo y así los dos papás y las dos mamás pasan tiempo con los menores, describió. 

La Red de Madres Lesbianas en México se ha encargado de hacer valer derechos que les pertenecen y fue así que en 2014, por ejemplo, realizaron un manual para docentes y de esta forma contribuir a que comprendan que las lesbomaternidades existen.

“Estas herramientas son necesarias porque sigue habiendo situaciones en las que por ejemplo, en las escuelas nos dicen ‘mamitas especiales’ o se prepondera a las otras madres”, explicó. 

La red se fundó en 2012 y actualmente hay más de 3 mil 300 madres lesbianas, desde Tapachula hasta Tijuana.

A pesar de que la adopción homoparental y lesbomaternal está aprobada en al menos 15 estados de la república mexicana, sigue siendo un tema de exigencia, puesto que en todas las entidades deberá ser permitido. 

Karla Alpuche y Lorena Núñez, son madres lesbianas en Yucatán y de hecho, fueron las primeras mujeres que decidieron casarse en el estado y lo hicieron vía amparo, situación que se tornó en casos de discriminación durante todo el trámite.

En el año 2013 contrajeron matrimonio a través de un amparo y lo obtuvieron con la asesoría de la Unidad de Atención Sicológica, Sexológica y Educativa para el Crecimiento Personal (Unasse) y de la agrupación Indignación, promoción y defensa de los derechos humanos. Su boda fue vía Registro Civil y recuerdan que no les querían dar su acta de matrimonio de inmediato. “No aparecíamos en el registro y cada que preguntábamos, nos decían que el proceso no estaba listo”, indicó Karla Alpuche. 

Ante la negatividad de continuar con el trámite, la Suprema Corte de Justicia multó y exhortó al Registro Civil que llevaba este caso; posteriormente, cuando decidieron ser madres también enfrentaron a distintas objeciones. 

Ellas optaron por un tratamiento de inseminación artificial y así nació Carlos, pero a la hora del registro de su acta les negaban la posibilidad por ser dos madres lesbianas.

El hecho de retrasar el acta puso en riesgo la salud del pequeño Carlos, pues sin el documento, por más de seis meses, no podía  tener acceso a vacunas primordiales en su infancia.

A pesar de que han pasado cerca de ocho años, ellas afirman que no hay muchas variaciones en cuanto a las legislaciones en Yucatán y por ejemplo, el matrimonio igualitario sigue sin ser aprobado en el Congreso local.

Amelia Ojeda Sosa, coordinadora jurídica de la Unidad de Atención Sicológica, Sexológica y Educativa para el Crecimiento Personal (Unasse), recordó que hasta 2019 han asesorado a  27 parejas de mujeres que contrajeron matrimonio vía amparo y 10 registros de hijas/hijos de familias lesbomaternales.

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Edición: Estefanía Cardeña