A partir de 2006, cuando Yucatán obtuvo su tercera estrella, la rivalidad Leones-Diablos tuvo varios momentos destacados para los “reyes de la selva”.
La remontada contra Joakim Soria hace 15 años. El magnífico tiro del jardinero izquierdo Quincy Foster -que fusiló en el plato a Christian Herrera- para poner fin a la Serie de Campeonato de la Zona Sur al año siguiente en el Kukulcán, “walk-off” raro y memorable. La paliza de 14-4 en el “Alfredo Harp Helú” en 2019, que encaminó a las fieras a una barrida. Los melenudos cuentan con el talento, experiencia y motivación -hace dos años se quedaron a una victoria de su quinta corona de la Liga Mexicana-, para agregar a esa lista de triunfos ante el México y desde este viernes en el bello parque de la capital buscarán dar por lo menos un gran golpe en los primeros dos juegos, de manera similar a lo que hicieron hace dos años (marcador combinado de 20-7 en los dos choques iniciales), para volver a tener la oportunidad de finiquitar en el parque de la Serpiente Emplumada.
En la nueva batalla entre melenudos (vencieron a Veracruz y Tabasco) y escarlatas (eliminaron a Tigres y al Águila) hay atractivo por todos lados. Estrellas en ambos bandos.
Es otro duelo de poder a poder que enfrenta al pitcheo que menos carreras y anotaciones limpias permitió, además de que fue el líder de menos hits permitidos, WHIP y bateo en contra, y a la ofensiva que terminó quinta en anotadas y porcentaje de embasarse.
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Ante Tabasco, Yucatán se impuso en un choque entre los dos mejores cuerpos de serpentinas de la liga. Ahora, en la segunda final del Sur seguida Diablos-Leones, estarán frente a frente conjuntos bien balanceados, con ofensivas explosivas y productivas, y pitcheos sólidos que no suelen dar mayores libertades. El México fue cuarto en efectividad y en playoffs mejoró de 4.74 a 3.24, sólo detrás de los líderes rugidores (2.92).
Esta temporada no se han enfrentado. En la fase regular de hace dos años, los Diablos se llevaron las dos series (4-2), pero en la final del Sur la historia fue muy diferente. Los pupilos de Miguel Ojeda llegan a estas instancias por tercera campaña seguida; los dirigidos por Luis Matos, por segunda consecutiva. La historia reciente en postemporada favorece a los peninsulares, que se agenciaron tres de las últimas cuatro series. Esta debe ser una gran confrontación y seguramente más larga que la de 2019.
Jugadores a seguir son el león Luis Juárez (1.400 de OPS, 6 HR) y el diablo Roberto Osuna (4 SV), dominantes en los playoffs.
Los selváticos ya salieron adelante ante dos figuras que jugaron en las Ligas Mayores; controlaron a Yasiel Puig (.235) e hicieron que Fernando Salas tenga dos malos relevos. Ahora están ante otro reto mayúsculo: “El Cañoncito”, estrella en la Gran Carpa y con amplia experiencia en playoffs, incluyendo una Serie Mundial.
Como en 2019, los Diablos fueron líderes en el rol regular y los Leones quedaron terceros. ¿Se repetirá el resultado en la final del Sur? Yucatán registró mucho mejor diferencial de carreras (82-49) y eso habla bien de su pitcheo, que de nuevo podría marcar diferencia.
Edición: Emilio Gómez
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