El mítico 'Steel Dragon'

Especial: Audaz máscara 

Oriundo de Kanasín, Steel Dragon es una de las promesas de la lucha libre en Yucatán. Su tenacidad sobre los cuadriláteros le ha llevado a las arenas más emblemáticas de este deporte; y ha entrenado y competido con sus figuras más icónicas. De ser sus ídolos, el gladiador pasó a compartir vestidores con ellos.

Steel Dragon trae la lucha libre en la sangre. Su abuelo fue vicepresidente y fundador de la Comisión de Box y Lucha Libre de Cancún; y su padre siempre ha sido aficionado a la disciplina. En su casa, dice orgulloso, “se desayuna, almuerza y cena lucha libre”. 

El hoy luchador profesional supo desde pequeño que no quería ser futbolista como muchos de los chicos de su cuadra, él siempre tuvo muy clara su meta: ser un gran exponente de la lucha y pisar las arenas más importantes del país. Fue a partir de ahí que comenzó su entrenamiento para lograrlo.

“Comencé entrenando lucha olímpica a la edad de siete años; y a los nueve empecé con la lucha libre. Posteriormente combiné ambas disciplinas; y debuté a los 16 años”, comentó el gladiador en entrevista con La Jornada Maya.

Para Steel Dragon, su debut en los cuadriláteros se dio a corta edad, lo que originó que por mucho tiempo se ostentara como el luchador más joven de Yucatán. La edad promedio de quienes debutan, calculó, oscila entre 18 y 20 años, aunque no hay un estándar establecido: hay quienes han debutado pisando los 40.

Al iniciarse en este deporte, el luchador recibió el apoyo incondicional de su familia. Primeramente, de su padre, un acérrimo aficionado; y luego de su madre, quien pese a tener ciertas inquietudes al principio -por no decir miedo- finalmente terminó cediendo ante la pasión de su hijo.

“Le daba miedo por la cuestión física, los golpes y las lesiones; al principio no me iba a ver. Ya luego lo fue aceptando y no se perdía ninguna de mis exhibiciones”, festejó el luchador. 

Nace un Dragón 

Los primeros entrenamientos de Steel Dragon -en la escuela de lucha libre La Lupita, en Mérida- le despertaban gran emoción al sentir que estaba en la vía correcta para cumplir sus objetivos. En aquel entonces, recuerda, era poco común que un niño de nueve años entrenara lucha libre en la capital yucateca. 

“Entonces tocó adaptarse al ritmo de los demás compañeros luchadores. Un entrenamiento de lucha libre es muy duro, al siguiente día cuando desperté, me dolía todo el cuerpo de una manera que jamás voy a olvidar”, rememoró. 

A pesar de los múltiples sacrificios de toda índole, el gladiador recuerda esa época de su vida con júbilo. Poco a poco fue demostrando a sus compañeros y mentores que la disciplina de la lucha libre no era un juego para él. Siempre supo que iba en serio.

Según Steel Dragon, el hecho que una persona incursione en la lucha libre representa un gran reto: “es difícil, pero no imposible”. Se trata, aseguró, de un deporte muy exigente en constancia, disciplina, respeto y pasión. Si falta alguno de estos elementos, no se aguantan los entrenamientos.

La lucha libre, prosiguió, es un deporte muy completo que exige fuerza, actividad y condición física. Los entrenamientos, reiteró, son muy completos. Su primer entrenador fue Amenaza Roja, luego tuvo al Engendro; y después al Espartano I, en Mérida.

Tras culminar con sus entrenamientos en esta ciudad, Steel Dragon decidió mudarse dos temporadas a la Ciudad de México (CDMX), en donde tomó clases en la arena Naucalpan con Black Terry, Eterno y Bombero Infernal.

Misión cumplida

En cuanto a sus primeras exhibiciones sobre un cuadrilátero, Steel Dragon destaca que las vio como una misión cumplida; como un añejo sueño infantil por fin materializado. Antes de debutar, los entrenadores suelen solicitar el diseño de los trajes para dar el visto bueno.

“Me acuerdo que le llevé uno que se parecía mucho al de un luchador que se llama El Volador, entonces tuve que modificarlo y así fue como nació Steel Dragon. Cuando le mostré el diseño, a los dos meses me dijo que lo mande a hacer, pues en cualquier momento debutaría”.

La espera por la confección de su nueva identidad fue emocionante; y el día de su debut ese sentimiento se incrementó. Para él, señala, fue uno de los días más importantes de su vida y ocurrió en una arena de Kanasín.

La primera vez que se su subió al ring, evoca, una combinación de nervios y emoción invadió su cuerpo ataviado con el traje. El escuchar a la gente y pararse sobre ese espacio tan importante para él generó una emotiva atmósfera salpicada de incertidumbre.

“Quería que todo salga bien, que el trabajo le guste la gente y que se reflejen los siete años que llevaba entrenando arduamente. Era mi momento”, asintió el Dragón de Acero.

Sobre las influencias, detalló que su máximo ídolo es Rey Misterio, pero hay otros que han influido en su carrera tales como Místico -el último boom de la lucha libre mexicana-; Negro Casas; Flamita; El Hijo del Santo; Eddie Guerrero, entre otros tantos. 

Fuimos familia

De un tiempo para acá, Steel Dragon ha sido el único luchador que ha salido de Yucatán para presentarse en CDMX. Estuvo en dos de las empresas más importantes del país que son la IWRG de la arena Naucalpan; y DCW, también de las más destacadas en la materia.

“Gracias a eso tuve la oportunidad de visitar la gran mayoría de los estados del país. He luchado en CDMX; Estado de México; Pachuca; Tulancingo; Veracruz; Tamaulipas; Campeche; Quintana Roo y por supuesto, Yucatán”. 

Cuando llegó a CDMX a perseguir su sueño, contó, lo hizo solo y sin saber en dónde pasaría la noche. Rentó un departamento como pudo; y el primer día ni siquiera sabía cómo dirigirse a la arena para su entrenamiento, tuvo que preguntar hasta conseguir las direcciones.

“Entrenar con mis ídolos, a quienes sólo veía en la televisión, fue algo muy impactante para mí. Es de las anécdotas más bonitas que tengo de mi carrera, la convivencia con figuras a las que admiro, compartir el vestidor en la gira, fuimos como una familia”, sostuvo.

Nuevos horizontes 

Steel Dragon manifestó que la lucha libre está en una época de cambios, sobre todo a razón de la pandemia del Covid-19, que les orillo a adaptarse a nuevas formas de hacer no sólo lucha libre, sino toda clase de espectáculos con público.

Sobre la lucha libre yucateca, el deportista opinó que ésta igual ha evolucionado a la par de las nuevas generaciones de luchadores. Hoy es diferente a la de antes, es más dinámica, con movimientos más vistosos y vuelos: “estamos en una época de readaptación”.

“Una desventaja que tiene la entidad es que los reflectores no nos llegan como en el centro y norte de la república. Hace falta traer medios nacionales e internacionales; y tener regularidad en las funciones, pero desgraciadamente, el público yucateco no está acostumbrado”, lamentó.

En ese sentido, Steel Dragon hizo un llamado a quienes se interesan en la lucha libre: a no limitarse, a “aventarse” -literalmenteaunque les digan que no pueden, porque, a fin de cuentas, la lucha libre es para todos y para todas: “todos son bienvenidos, bienvenidas y bienvenides”, concluyó.

También te puede interesar: 

-'Espartano I', medio siglo en el ring

-'Lady Pink Sexy y Muñeco', los gemelos que impulsan el arte del pancracio en Tulum

-La lucha libre en Cancún retoma su aire de convicción

-Temporada de lucha libre en Cancún depende de baja en contagios de Covid-19

-'Factor Nazi', un ex luchador tras el diseño y elaboración de unas mil 200 máscaras

-En Campeche hay fanáticos; lo que falta es lucha: Diego Pinkus

-Fuerza Jaguar, el origen de futuros profesionales de la lucha libre en Mérida

-Faby Vidal sigue la tradición familiar en el mundo de las luchas

-Faby Vidale’ ku méek’ik ba’ax u kanmaj tu paalil; líik’ ichil u kaambalil ba’atel yóok’ol ring

-Factor Nazi, ts’o’ok 17 ja’abo’ob káajak u beetik u k’ojilo’ob ba’atel ti’al lucha libre

-Lucha libre: u mu’uk’a’an óol ba’atel le lu’uma’

Edicicón: Ana Ordaz