La Jornada Maya

Campeche
28 de mayo, 2015

Luego de cuatro días de protesta casi silenciosa en Palacio de Gobierno para solicitar la autorización de sus permisos para operar, los mototaxistas del Camino Real lograron llamar la atención ayer de la prensa, al extraerse sangre con varias jeringas, con las que escribieron en cartulinas consignas en donde exigen al gobernador, Fernando Ortega Bernés, que los atienda.

Fueron tres los cartelones que redactaron con manos temblorosas, mirada casi rígida y rostro de coraje, los integrantes de la Asociación de Mototaxistas del Camino Real que se encuentran en huelga de hambre, y que se dicen hartos de que ninguna autoridad los voltee a ver.

“Queremos trabajar señor gobernador”, decía uno de esos carteles escritos con sangre que escurre. “Exigimos las dos motos” decía el segundo, en que reclaman la devolución de los dos vehículos retenidos por la Policía Municipal de Calkiní sin orden judicial. “Exigimos trabajar libremente” decía la tercera cartulina, mientras que en otro cartón, con letra más grotesca y sangre ya casi coagulada, los manifestantes recordaron: “Cinco días sin solución”.

Desde el inicio de esta semana, los manifestantes llegaron a la sede del ejecutivo estatal con el objetivo de solicitar una audiencia con el gobernador Fernando Ortega para solicitarle la devolución de dos unidades de transporte retenidas en la cabecera municipal de Calkiní, así como un permiso provisional para que puedan trabajar.

Tras ser ignorados, procedieron a plantarse en huelga de hambre con la finalidad de presionar y sean atendidos, sin embargo, nuevamente sus intentos fueron inútiles por lo que tomaron la decisión de sacarse sangre con jeringas, para elaborar sus cartulinas de protesta.

Desde temprana hora, se notó una intensa movilización afuera de Palacio de Gobierno, donde los motataxistas están en plantón desde hace cuatro días; ayer tomaron la decisión de sacarse sangre para usarla como tinta en sus pancartas de protesta.

Ante la mirada incrédula de decenas de transeúntes y automovilistas, Carlos Chan Puc, fue el primero que escribió con la sangre extraída de sus venas: “Queremos trabajar, señor gobernador”, posteriormente, varios de los manifestantes siguieron su ejemplo para teñir la entrada de palacio de gobierno con su sangre.

“Son decisiones que tenemos que tomar para que nos atiendan, llevamos días muriéndonos de hambre, tomando poca agua, por eso hoy tomamos la decisión de escribir el mensaje con nuestra sangre, para demostrar que estamos decididos a pelear por nuestro trabajo”, declaró Chan Puc.

Advirtieron que no será la única forma de presionar y si el gobernador Fernando Ortega los sigue ignorando tomarán medidas extremas hasta que sean atendidos porque no están pidiendo nada del otro mundo, solo que los dejen trabajar libremente, con permisos.


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