Especial: Tercera edad, sana y funcional
Pese a que ya ha cumplido más de 30 años trabajando al servicio de la educación, a sus 62 años de edad el reconocido profesor Manuel Jesús Ventura Viana sigue impartiendo clases de la materia biología y vida saludable de la escuela secundaria número 15, Zamná, de Tulum, incluso sin su mano derecha, que perdió hace tres años a causa de un accidente automovilístico.
Explicó que cumple con los requisitos para jubilarse, tanto por la edad como por años de servicio, pero por decisión propia sigue dando clases en la secundaria antes mencionada. Durante el curso escolar 2022-2023 -por iniciar el 29 de agosto- cumplirá 40 años dando clases, ya que comenzó a enseñar en 1983 en Acayucan, Veracruz y en el 1996 llegó a Tulum para seguir educando a niños jóvenes, como lo hace actualmente.
Añadió que hace tres años tuvo un incidente vial en el que perdió una mano, que también pudo haber sido razón suficiente para pensionarse por accidente de trabajo. Sin embargo, para jubilarse por esta causa primero el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), al que está afiliado, debía hacer una valoración de qué tanto le afectó el accidente para determinar el porcentaje que recibiría de pensión.
En su caso el instituto se haría responsable únicamente de 60 por ciento de su jubilación. Ante ello, y al ver que podía seguir ejerciendo su profesión sin inconveniente, prefirió esperar un tiempo más y posteriormente retirarse para recibir su pensión completa. El reconocido profesor por antiguas y nuevas generaciones del noveno municipio contó que ha logrado sobreponerse a la situación de no tener su mano derecha.
“En la educación secundaria, como tenemos los libros de texto, computadora y proyectores me ha auxiliado eso mismo para impartir mi cátedra, pero he dejado de escribir en 60% en el pizarrón, sólo datos muy importantes; escribo con la otra mano, que tuve que adiestrarla porque siempre he sido diestro. Tuve que aclimatarme a esta circunstancia para seguir ofreciendo servicios educativos de buena calidad”, externó el maestro.
No obstante, el entrevistado expuso que después de determinada edad en cualquier tipo de trabajo la vitalidad del ser humano disminuye, entonces por mucho que los docentes quisieran dar una educación óptima, tener los mejores parámetros y estrategias, el rendimiento mengua.
Referente a su retiro, el profesor comentó que esperará un año más para empezar a tramitar su jubilación, porque aparte de que ya tiene más de 30 años trabajando también ya supera los 60 años.
“Pudiera decir que podría trabajar cinco años más, pero sería mentirme a mí mismo porque la situación es imperativa para el ser humano que necesita respetar los espacios y ser veraz y objetivo con la situación de que la educación se debe ceder para que haya una mejor guía en cuanto a los estudios”, externó.
Se sinceró al decir que tras cierta edad esta labor causa un poquito más de problemática al estar en las aulas, dado que el permanecer diariamente por ocho horas en los salones de clase durante 30 años es un desgaste importante.
“Cualquiera que me pudiera decir lo contrario pues posiblemente tenga su razón, pero opino que aparte de que es desgastante ya no se tienen las mismas energías y vitalidad, y vamos a decir el ímpetu de superación va bajando pese al hecho de estar muy comprometido con la educación, entonces yo sugeriría que cuando les lleguen los años de servicio y los años de jubilarse pues deben hacerlo para darle oportunidad a los jóvenes que están ingresando en el sistema”, manifestó.
De igual manera, dijo que desde su punto de vista la jubilación hasta los 60 años es mucho para un docente, bien podría ser los 55, porque el desgaste físico en las aulas teniendo en consideración el número de alumnos es muy demandante, por lo que un buen rango de edad sería 30 años de trabajo y 55 años de edad.
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