Foto: Ana Ramírez
En Cancún hay 10 accesos públicos a las playas a lo largo de los 25 kilómetros de la zona hotelera y 190 centros de hospedaje; esto significa que mientras los huéspedes de 37 mil 335 habitaciones ubicadas en esa zona tienen acceso directo garantizado a los arenales, una cifra drásticamente reducida puede hacerlo por los accesos libres.
Con la reciente aprobación del decreto federal que asegura el acceso libre a las playas, la situación en Cancún se torna complicada, pues para hacerlo habría que “violentar” la propiedad privada.
Basta con avanzar durante los primeros siete kilómetros del bulevar Kukulcán para notar lo limitados que son los accesos. Sólo hay tres playas públicas, de las que dos son concesionadas (Langosta y Tortugas), lo que suele implicar gastos mayores, que van desde estacionamiento hasta renta de sombrillas, sin tomar en cuenta la comida.
Para los habitantes de las regiones más apartadas de Cancún, visitar las playas es prácticamente un lujo; muchos tienen que tomar hasta tres rutas del transporte público para llegar a la zona hotelera, lo que significa un gasto de más de 60 pesos por persona y si quieren ahorrarse uno de estos camiones tendrían que caminar dos kilómetros para llegar al primer acceso público: Las Perlas.
Antes de este primer arenal está el complejo Puerto Cancún, con edificios que han acaparado los primeros metros de la zona hotelera y bloqueado la posibilidad de cualquier acceso público, pues hay elementos de seguridad en todo el camino para impedir el paso.
Algunos trabajadores de la “playa privada” de Puerto Cancún, entrevistados durante un recorrido por la zona, aseguraron que desde Las Perlas algunos aventurados han logrado acceder a este exclusivo espacio, pero que de inmediato son abordados por personal de seguridad para que se retiren del sitio, algo habitual en prácticamente cualquier arenal de Cancún cercano a un hotel, como en Punta Cancún, en donde hay un faro emblemático, pero si se quiere llegar allí hay que meterse literalmente al agua, porque personal del hotel más cercano no permite el acceso vía pedestre.
Desde la creación de Cancún, residenciales, marinas y hoteles redujeron la posibilidad de ingresar a las playas. Después de Las Perlas hay que recorrer 2.5 kilómetros más para llegar a playa Langosta, que si bien tiene estacionamiento gratuito y baños públicos, hay que llegar desde muy temprano para alcanzar lugar, antes de que arriben los vendedores de tours que llevan a quienes harán el cruce o alguna actividad a Isla Mujeres.
Más adelante está playa Tortugas, en el kilómetro 6.5, que es de las favoritas de los cancunenses por ser el espacio perfecto para los niños al no tener oleaje, pero el estacionamiento tiene un costo de 50 pesos. Pese a ser pública el acceso a los baños se cobra y prácticamente todo el espacio de playa es acaparado por los restaurantes, por ser un arenal concesionado.
A Tortugas le siguen: Caracol, Gaviota Azul, Chac Mool, Marlin, Ballenas, Delfines y Coral Negro, casi todos con las mismas problemáticas, pocos espacios de estacionamiento (si es que los tienen), sin baños públicos o cobros por el ingreso y prácticamente todas muy alejadas de la ciudad, por lo que es imposible como local no gastar una buena parte de la quincena si se quiere pasar un día en la playa.
Edición: Elsa Torres
Esta es la octava ocasión en la historia de la organización que se tiene una seguidilla con ese número de encuentros ganados
La Jornada
El mexicano se impuso por decisión unánime al cubano William Scull y recuperó el cinturón de la FIB
La Jornada
El grupo de participación estatal mayoritaria integra a los aeropuertos de Palenque, Chetumal y Tulum
Gustavo Castillo García
Los afectados presentaron sintomas de intoxicación por fármacos tras consumir alimentos contaminados
Efe