Reconoce Rubí Narváez más espacios para personas trans en el deporte

Las luchas por la inclusión de las personas trans en el deporte -y en muchos otros ámbitos- han rendido frutos. Cada vez se destinan más espacios a este sector y corren menos riesgo de sufrir violencia física; aunque aún falta erradicar la pasiva, opinó la destacada deportista Rubí Narváez, quien es cinturón negro en el arte marcial del tae kwon do.

“Ahora somos más libres, y eso es consecuencia de la lucha de las hermanas que estaban antes de nosotras y pelearon para que podamos caminar por la calle con la frente en alto. No obstante, aún falta mucho trabajo por hacer para eliminar la intolerancia”, reiteró.

La historia de Rubí en el deporte inició cuando contaba los 17 años y no había comenzado su tratamiento de reemplazo hormonal. Entrenaba como hombre, pero no se sentía cómoda. En el 2019 se salió de su casa, inició su transición, habló con sus profesores de tae kwon do y para su sorpresa, todos aceptaron la decisión.

“No tuve ningún problema, pues el director de la academia, Manuel Lara, es una persona ejemplar y genuina que siempre me apoyó en mis decisiones y supo cómo guiar a sus maestros y alumnos para que también ellos me respetaran. Es un gran jefe y líder”, sentenció.

Comenzó su proceso hormonal y ella notaba los cambios físicos. Posteriormente fue alcanzando grados mayores dentro del arte marcial hasta que consiguió graduarse como cinturón negro a finales del 2019. Tras eso, incursionó en el kickboxing, disciplina que ha entrenado por dos años para obtener la cinta verde.

Se siente afortunada

“He tenido la fortuna de tratar con gente con una perspectiva inclusiva, que promueve el amor al prójimo sin importar quien sea”, celebró Rubí, cuya carrera deportiva ha traído consigo varias satisfacciones. Ella se siente afortunada.

Pese a estas buenas experiencias, Rubí conoce casos de otras chicas y chicos trans que han querido incursionar en el deporte y no han corrido con la misma suerte que ella. Han sido víctimas de bullying y de esta lacerante violencia pasiva que comenta.

“Se supone que el deporte debe ser tu segunda casa, una donde te sientas tranquila; un lugar para desestresarse y hacer lazos de amistad. Si llegas y te sientes discriminada, lo lógico es que quieras huir. Nadie quiere estar en un lugar donde no se sienta cómoda”, añadió.

‘Hemos dado un buen espectáculo’

Rubí ha asistido a numerosas competencias de tae kwon do. En un principio, antes de comenzar con su transición, la ponían a competir con varones. Con las hormonas, sus cambios físicos se hicieron evidentes y fue así que le fue posible competir con otras chicas.

“Créeme que como deportista he sentido que tenemos la misma habilidad, incluso algunas me han superado en fuerza y experiencia. Estoy muy contenta de que las mujeres sean aguerridas, porque te aceptan tal y como eres. Enfrentarme con ellas ha sido un reto para ambas, y estamos contentas de haber dado un buen espectáculo”, señaló.

La deportista aclaró que las mujeres trans que no inician tratamientos hormonales no presentan cambios, es decir, no perderán fuerza, lo que se podría considerar una ventaja injusta, “pero yo estoy bajo un tratamiento hormonal riguroso, es imposible que pueda lastimar a una mujer”.

En ese sentido, aseguró que lo que haría falta es una regulación para este tipo de cuestiones, una materia en la que Yucatán lamentablemente se encuentra atrasado a razón de la desinformación que impera en torno a las y los deportistas transgénero.

‘Me han ayudado a controlar mi furia’

Hubo una época en la que Rubí se desempeñó como trabajadora sexual en la calle. Ella describe ese ambiente como “muy tóxico” independientemente de si se trata de una mujer trans o cisgénero. “Todo eso es muy tétrico, oscuro y fuerte, hay mucha envidia”, recordó.

En una ocasión, tres de sus competidoras se pusieron en contra suya y se juntaron con el fin de golpearla. Ella supo manejar la situación y en ningún momento usó la violencia, pese a contar con el entrenamiento.

“Todo lo contrario, se resolvió hablando y pude salir ilesa. En ese aspecto las artes marciales me han ayudado mucho a controlar mi furia, el enojo y poder salir del problema sin la necesidad de llegar a los golpes”, expuso.

Rubí Narváez se siente afortunada por la manera en la que ha llevado su carrera deportiva, y se dijo motivada para promover la inclusión en el deporte para las personas trans, hacerle entender al mundo que existen y merecen un espacio en el deporte.

“Entre todo tipo de personas podemos tener armonía, promover el amor al prójimo, no excluir a las personas independientemente si son trans, extranjeros, punks, emos, feministas, tenemos que entender que hay que tomarnos de la mano y caminar juntos apoyándonos mutuamente”.

“En estos tiempos de pandemia no estamos para jodernos la vida los unos a los otros, sino para hacérnosla más fácil. Si la gente entendiera que somos personas y merecemos un espacio para realizarnos como seres humanos, tendríamos una mejor sociedad”, concluyó.

A propósito del Día Internacional de la Visibilidad Trans, que se conmemora este 31 de marzo, La Jornada Maya preparó el especial ‘Anhelo de igualdad’, léelo a continuación:

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- Trans ko’olelo’ob ich máasewal kaajo’obe’, ka’atéen u péech’óolta’alo’ob 

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Edición: Laura Espejo