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Andrés Silva Piotrowsky
13/01/2025 | Mérida, Yucatán
“Vinimos a Yucatán a informar sobre la elección del poder Judicial; pero, sobre todo, a promover que la gente vote el próximo primero de junio, porque ¡la reforma va! La oposición estaría feliz de que fracasemos, por eso estamos recorriendo el país, para que haya una respuesta masiva”, afirmó en entrevista exclusiva para La Jornada Maya, el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, quien no escatima calificativos sobre los próximos comicios: “se trata de un proceso importantísimo, revolucionario, único, inédito, excepcional, histórico: es el primer lugar en dónde la humanidad va a elegir a todas las personas juzgadoras por voto universal, secreto y directo; es un hecho verdaderamente sin precedentes, que, por cierto, tiene toda la resistencia del actual poder Judicial, que ha llegado a tal nivel de descaro que yo digo que toman decisiones que ya no son ni políticas disfrazadas de jurídicas, sino facciosas, majaderas, grotescas (y me quedo corto)”.
Un ejemplo reciente es la decisión de un juez que concedió un amparo para que el Comité de Evaluación del poder Judicial detenga su función, mismo que acata, “lo cual pone en indefensión a las más de 3 mil personas que se registraron desde ese mismo poder; nosotros vamos a revisar el número y saber si se registraron en otra instancia para que puedan acceder a la insaculación y participar como candidatos”.
Estamos en un pequeño salón de un hotel de la avenida Colón, en Mérida, Yucatán, rayando el mediodía. La entrevista orquestada por Horacio Flores, quien forma parte del equipo del político, ocurre con “puntualidad maya”, como los solsticios coronados con la silueta de Kukulkán, justo a la hora.
Foto: Paulina Soria Figueroa
Cuando Noroña (como lo conocen la mayoría de los mexicanos) hace una pausa para dar un sorbo a su bebida, los músculos de su rostro se distienden y recuerdan la técnica de gesticulación actoral de Marlon Brando o, más cercanamente, a la del actor Jorge Lavat. Se trata de una peculiaridad que imprime mayor fuerza a sus declaraciones, de por sí emitidas siempre con firmeza.
“No lo había dicho antes, pero ahora te lo digo: si el poder Judicial es tan honorable, tan sabio jurídicamente y ha hecho tan bien su tarea ¿por qué le tiene temor a que el pueblo lo evalúe con su voto?; debería estar tranquilo. Si han hecho bien las cosas, la gente diría: estos cabrones (el movimiento de la 4T) quieren joder al poder Judicial, pero no lo vamos a permitir, porque son gente que ha estado haciendo su trabajo y nosotros lo refrendamos y punto; pero ellos saben que no es así, de ahí su resistencia enorme a la posibilidad de que el pueblo decida”.
Contrario a la impresión que causaba en años anteriores, Noroña es un hombre apacible. La fama de rudeza que se ganó a pulso en el ejercicio de sus cargos legislativos, desde los cuales increpó cara a cara al entonces jefe de la seguridad pública del país, durante el sexenio de Felipe Calderón,
Genaro García Luna (hoy preso y sentenciado en Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico), contrasta notablemente con su trato personal afable y con el temperamento mostrado en su función al frente del Senado, donde ha dado sobradas muestras de ecuanimidad, pese a las estridencias, por ejemplo, de la senadora Lily Téllez, de quien afirma no tener relación “más allá del cargo público, por la evidente majadería con la que se conduce; pero tampoco es nada personal, simplemente no puedes tener trato con quien no ha dado muestra de un mínimo respeto, pintas tu raya y asunto resuelto. Eso es anecdótico y la gente se va con eso, la verdadera dificultad es la presión ejercida por la oposición durante la toma violenta del Senado y la tribuna del antiguo edificio a donde nos trasladamos para continuar la sesión; ahí quisieron descarrilar el proceso de aprobación de la reforma al poder Judicial.

Foto: Paulina Soria Figueroa
Inevitablemente, el senador, se desliza hacia el campo de lo anecdótico y confiesa que durante la toma de la tribuna por la oposición le sobrevino una imperiosa necesidad fisiológica: “fue muy difícil; esto tampoco lo he contado públicamente, pero te lo voy a platicar: estaba tomada la tribuna y yo tenía ganas de ir al baño, esas cosas no esperan, me urgía ir a orinar y yo dije si me paro ahorita, pues me acaban de tomar la tribuna, la presidencia y todo; me pregunté ¿qué voy a hacer? Pues me aguanté contra todos los pronósticos. ¡Eso sí que es una proeza!” y, de risa fácil, suelta una sonora carcajada.
Frente a la suspicacia que despiertan la giras que realiza el ya de lleno morenista, quien hasta hace poco militó en el Partido del Trabajo, en el sentido de que está por entero en una campaña muy adelantada rumbo a la presidencia, responde: es muy temprano, pero evidentemente está en el ambiente después del proceso interno que se vivió en el Movimiento de Regeneración Nacional para elegir a quien aspiraría a la jefatura del Ejecutivo federal. “Fue un gran logro quedar en tercer lugar en la encuesta, con una campaña de muy pocos recursos económicos”. Ese tercer lugar le otorgaba en automático el derecho a presidir el Senado, pero hasta días antes del cambio legislativo le escatimaron el cargo. “Yo mismo ya me había asumido como un senador más y, como tal, también me había propuesto recorrer el país; y de querer llegar a la Presidencia, pues claro que quiero; si ya participé en 2024, no veo por qué no pretenderlo en el 30, pero, como te digo, es muy temprano, vamos a esperar, los años se pasan muy rápido y todo llega a su tiempo”.
Gerardo da otro sorbo a su bebida y recuerda con nostalgia a su abuela, quien estuvo a cargo de su crianza, en una vivienda de la colonia Guerrero del entonces Distrito Federal.
“Me hubiera gustado que ella presenciara hasta donde hemos llegado, aunque vengo de una familia sencilla, muy parca, poco expresiva; todavía me quedan dos parientes, pero no dicen mucho”. La elocuencia de su exposición despierta el asombro de su interlocutor, ante lo cuál aclara: “En serio, yo mismo en mi vida personal, soy muy seco, muy reservado”.
Noroña, quien siempre se ha asumido como “hijo del pueblo”, un simple plebeyo, recuerda su conversación con doña Ifigenia Martínez, poco antes de morir, durante la investidura de la hoy Presidenta, Claudia Sheinbaum: “Ifigenia como quiera fue una mujer de poder, ella venía del PRI y se definió de este lado, lo que es de un mérito enorme. Ese día le dije: oye Ifigenia, si alguien nos hubiera dicho que tú y yo íbamos a presidir la sesión de Congreso General del nuevo gobierno, no lo hubiéramos creído. Así se lo comenté a otro periodista, Javier Solórzano, y me dice el muy cabrón: Ifigenia como quiera, pero tú… y tiene razón, así lo dije en mi toma de protesta, que un plebeyo estaría al frente de la Cámara de Senadores”.
Fernández Noroña ataja la pregunta sobre el acceso que ha dado Morena a personajes ex prianistas “impresentables”, con el argumento de que quien se afilie al movimiento tiene que ajustarse a sus principios, “yo no defiendo a nadie, pero nosotros no nos hemos movido un milímetro de la postura para transformar a la Nación y quien quiera contribuir tendrá que ceñirse a ellos”.
Foto: Paulina Soria Figueroa
Pero los veracruzanos Yunes, con procesos penales en su contra… “A ver, (repara el senador), lo digo en los mítines: qué pasaría si yo les dijera que teníamos el voto para lograr la reforma al poder Judicial y que no lo quisimos porque era de Yunes y ¿qué pasó con los 36 millones de votos que avalan esa reforma? pues nada, porque no aceptamos el voto de un ex prianista; ¿qué me dirían?, pues que no sea pendejo”.
La conversación cobra un giro más personal: el entrevistado habla de sus gustos por el blues y el rock y, por supuesto, de la literatura, ahora está leyendo un libro de George Orwell. Recordamos a dos amigas comunes, La Chata Campa, primera geóloga de México que influyó en la vida de Gerardo de una manera muy importante y de su hija, Manuela Álvarez Campa, por cuya mediación se logró este encuentro.
Cierra la plática con una opinión sobre el gobierno actual de Yucatán: “veo muy buenas perspectivas para el estado, porque por primera vez, en más de cien años, desde Felipe Carrillo Puerto no había gobernado un hombre surgido del corazón del pueblo; Huacho es un buen ser humano, un hombre comprometido que ama al pueblo, súper trabajador, echado para adelante, le va a ir muy bien a Yucatán”.
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Edición: Fernando Sierra