El género evolucionó a lo largo de generaciones y las canciones pasaron de narrar el contrabando de tequila durante la era de la Prohibición en los años 20 con los corridos tequileros hasta lidiar con la creciente ola de violencia de los carteles en México con los narcocorridos.
“Todos los grandes temas sociales están contados a través de los corridos”, dijo Valenzuela. “Era una forma metafórica de contar lo que estábamos viviendo”.
Armas y alambre de púas como inspiración
Barrón dijo que tocaba la guitarra con la banda de música regional mexicana de su padre cuando era adolescente y escribía su propia música. Después de unirse al Ejército a los 20 años, llevaba su guitarra para tocar en los despliegues.
En 2021 comenzó a escribir sus propias canciones sobre su tiempo en el Ejército y a cantar con la banda militar FX, llamada así por el tipo de arma que emplea esa fuerza militar. Pero la música nunca se hizo pública.
Alrededor de 2023, el género explotó cuando artistas como Peso Pluma, Fuerza Regida y Natanael Cano comenzaron a mezclar el estilo clásico con música trap en lo que se conoce como corridos tumbados. Ese mismo año, Peso Pluma superó a la estrella estadunidense Taylor Swift como el artista más reproducido en YouTube.
Un año después, el Ejército mexicano decidió publicar la música de Barrón bajo su nombre artístico.
Los videos musicales, que han acumulado decenas de miles de visitas solo en YouTube, están llenos de imágenes de armas pesadas, la bandera mexicana, alambre de púas y Barrón cantando vestido de camuflaje y con gafas de visión infrarroja sobre su casco militar.
Originalmente destinados a entretener a las tropas y aumentar el reclutamiento militar entre los jóvenes mexicanos, las canciones de Barrón adquirieron un significado diferente en medio de la renovada controversia que ha venido con el auge de los corridos.
El estilo musical ha sido criticado durante mucho tiempo por romantizar la violencia de los carteles y ha alcanzado un punto de inflexión en los últimos años.
Los estados mexicanos han prohibido actuaciones y artistas prominentes han recibido amenazas de muerte que a menudo dicen provenir de carteles rivales cuyos líderes son glorificados. Y los músicos se han visto obligados a cancelar conciertos preocupados por posibles hechos de violencia.
La controversia se intensificó la semana pasada después de que el rostro del jefe del cartel Nemesio Rubén El Mencho Oseguera se proyectara en una gran pantalla detrás de la banda Los Alegres del Barranco en un festival de música en el estado norteño de Jalisco. El incidente, que ocurrió poco después de que el cartel de Oseguera fuera vinculado a un rancho que se estaba investigando como campo de entrenamiento y para abandonar cuerpos en Jalisco, conmocionó a todo México.
La actuación fue recibida con un aluvión de críticas. Dos estados mexicanos anunciaron investigaciones criminales, se cancelaron conciertos y el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revocó las visas estadounidenses de los miembros de la banda.
También hizo que Sheinbaum, que pidió una investigación sobre el concierto, endureciera su posición. “No se puede hacer apología de la violencia ni de los grupos delictivos”, afirmó la mandataria.
Barrón, quien se opone a prohibir los corridos, cree que la solución es seguir cantando vestido de camuflaje con la esperanza de reivindicar la música mexicana de su infancia y eliminar los estereotipos negativos que la han definido.
Dijo que el Ejército está planeando lanzar nuevas canciones en los próximos meses.
“Lamentablemente, muchos nos quedamos con la etiqueta del corrido como música negativa”, dijo. “Mejor es reivindicar, reorientar, buscar otras opciones. Y yo creo que en nuestro caso esa es la intención”.
Edición: Fernando Sierra