Ofrenda al maíz, un acto sagrado para los mayas

Especial: Por semillas impecables
Foto: Twitter @Culturalenguamaya

Apenas iniciando el otoño, en las comunidades mayas se realiza el Jo’ol che’ kool, la ofrenda a la primera cosecha del maíz que se considera además, un preámbulo al Janal Pixán. Se trata de una ceremonia que se hace en la milpa con la participación de los varones; en la cultura maya se advierte que, de no hacerse esta ofrenda, se pueden atraer malas cosechas o incluso ‘castigos’, pues “dentro de la cosmovisión maya, todo tiene un orden”, relata José Manuel Poot Cahún, príncipe Maya.

La ceremonia también conocida como Jo’olbesaj Naal, es la ofrenda a la primera cosecha y se hace apenas entra el otoño, que este año se realiza entre el 26 y 27 de septiembre. 

“Antiguamente, las comunidades mayas consideran que la entrada del otoño, es como una señal que coincide con el inicio de cosechar y recibir los primeros frutos, en este caso la primera cosecha del sagrado maíz”, relata José Manuel Poot.

Resalta que, para el pueblo maya, el maíz es esencial, pues sin él “no habría felicidad”, y es por eso que por estas fechas, se realiza la primera cosecha que da lugar a esta ofrenda. 

Si bien el Jo’ol che’ kool tiene otras maneras de llamarse, es mejor conocida con ese nombre, que es básicamente la elaboración de atole nuevo -elaborado con maíz tierno de primera cosecha- acompañado del Pibil Naal, que es un elote cocinado en un horno enterrado o Chakbil Nal -solo sancochado-, además de tortillas hechas con maíz nuevo o tierno llamadas iis wáaj o Iswaaj.

Ese ejercicio, se desarrolla un día antes, en donde todos los campesinos varones se reúnen alrededor de la milpa, para cortar los elotes tiernos y preparar el Pibil Naal; mientras que las mujeres se encargan de esperar que una parte de los campesinos lleven el elote para desgranar y preparar el atole con una selección especial de maíz duro, en tanto que los tiernos servirán para el Pibil Naal.

“El Pibil Naal, es enterrado entre las cinco y seis de la tarde, y toda la noche estará en el horno, mientras que las mujeres preparan el atole, y no se puede preparar para nada, es un pecado para ellos, y es muy peligroso tirar o dejar caer un grano de maíz, porque es tan sagrado y por eso no participan los niños porque la primera cosecha es tan sagrada, que debe ser consumido total, la esencia del atole y el elote y del iis wáaj”, precisa.

Una vez realizado todo, se acomodan los elotes, y al día siguiente los campesinos regresan entre 4 y 5 de la madrugada, para desenterrar el maíz, ya con atole de maíz nuevo, en donde hacen un pequeño altar que se colocan jícaras en cuatro esquinas, que representan los cuatro puntos cardinales de la milpa y a los cuatro guardianes o cargadores del mundo y a todos los cuidadores del monte, para que ellos sean los primeros en probar el maíz.

“El número cuatro es muy significativo para la cultura maya, por eso a los niños se les bautiza a los cuatro meses, porque representa los cuatro rumbos de la milpa, en donde el hombre debe proveer los alimentos a su familia (…) es una ceremonia que se hace en la milpa con la participación de los hombres”, explica.

Una de las advertencias de la cultura maya en torno a esta ceremonia, es que, si no se realiza, habrá consecuencias por no haber sido agradecido. José Manuel Poot platica que, “sino hacemos estas cosas, seremos esclavos, sin abundancia y sin qué comer y quejándose de no tener frijol y alimentos” y que en consecuencia, se generan castigos como aquellos que se pierden en la milpa, los pica una serpiente, se cortan, o diferentes manifestaciones de la naturaleza.

“La cultura maya es tan grande, tan fuerte, que saben que hay energía rondando y energías cuidando y Dioses encargados, en la cosmovisión maya todo tiene su visión y sabemos que hay orden y funciones dentro de la misma, como el Dios Chac que se encarga de regarla, y para eso hay otra ceremonia”, narra el príncipe Maya.

Adicionalmente, estas preparaciones se empatan prácticamente con las fiestas más grandes de la cultura maya, que es el Janal Pixán, o comida de las ánimas, conocido como el día de muertos, y así las ánimas también tendrán la oportunidad de degustar y sentir el olor del atole nuevo o elote sancochado.

 

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-U kajnáallilo’ob Ek Balame’ tu kaxtajo’ob ti’ koole’, uláak’ bix u k'uchul xíimbaltbilo'obi'

-Táan u xak’alta’al wakp’éel u jejeláasil ixi’im yaan Chiná

 

Edición: Laura Espejo 


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