La maestra Bertha Pech Polanco, originaria de Maxcanú, actualmente estudia su doctorado Interinstitucional en Educación en la Universidad Iberoamericana y está realizando su tesis con el objetivo de analizar las experiencias formativas de las mujeres mayas “para comprender esta reconfiguración que tienen estas identidades”.
Comenzó este estudio reflexionando sobre la lucha que las mujeres realizan para acceder a sus derechos y, en su caso particular, mucho ha luchado por la educación. “Fue lo que me llevó a estas alturas en el doctorado, a pensar en algo que, además de todo, no sólo sea una investigación como tal, sino que me permita contribuir con algo a la historia de las mujeres”.
Por medio de su actual estudio de tesis, espera que mujeres jóvenes de comunidades mayas conozcan y tengan referentes de féminas en la ciencia, con estudios superiores, en el doctorado; puesto que, con su tesis, ha descubierto que existe un problema estructural en las universidades, donde el personal docente no siempre tiene la formación para fortalecer el desarrollo comunitario.
“Es importante que en todas las universidades -privadas, públicas- se adopte una mirada intercultural y de género”, incluyendo ambas visiones en el contenido, perfil docente, políticas; de forma que su enorgullecimiento sea por brindar valor al indígena y no a lo indígena (pues actualmente ocurre al revés), señala.
Además, la estudiante del doctorado visibiliza que es imprescindible abrir oportunidades de acuerdo con sus perfiles, no como indígenas, sino como profesionistas; con esto, lograr una presencia de indígenas en la investigación.
“Nos toca demandar dentro de las instituciones donde estudiamos doctorados que se respete la producción académica indígena y nuestras formas de generar conocimiento, revisar cómo se enseña ciencia, que las investigaciones estén centradas en valores, que se consideren las lenguas e indígenas y sobre todo que el conocimiento de nuestros pueblos y comunidades no sea estigmatizado”.
Fue en 2018 cuando comenzó el doctorado, momento desde el cual empezó a “pensar de manera autoetnográfica, a reflexionar con mis propias experiencias, evocar un poco mi proceso desde el paso de las experiencias en estos niveles”.
Con esto, vino un rencuentro con su propia historia, para luego determinar con quiénes quiere continuar construyendo el proceso de estudio para su tesis: Experiencias formativas de mujeres mayas yucatecas con doctorado y procesos de reconfiguración identitaria, en la cual hace parte a tres compañeras mayas, todas como ex becarias de la Fundación Ford México.
“Son cuatro historias que trabajo en la tesis”, una de las cuales, es la personal.
Desde sus experiencias, encuentra como primer reto darse cuenta de que ya finalizaron la licenciatura y “te encuentras toda esta serie de estereotipos asociados al género femenino […] las mujeres todavía son muy asociadas a estos espacios de cuidados y cuando se decide cambiar la historia el primer espacio en donde tienes que empezar a negociar es tu familia”, reconoce.
El apoyo económico es necesario, expresa, pero también es muy especial el de la familia, incluso cuando sus anhelos y expectativas van más allá de lo esperado, sobrepasando la licenciatura.
Una de las salidas que halla para poder conjugar las ganas con hacerlo realidad es mantenerse al tanto de posibles becas y aplicar para ellas, para lo cual considera que en las instituciones educativas deben existir tutorías que orienten sobre este tipo de opciones para continuar los estudios. “No quedarse limitada, sino buscar esas opciones”.
Lo principal, desde sus vivencias, además de buscar alternativas como becas, es -desde el primer espacio (la familia)-, externar los deseos y ser firme con ello, pero también confiar en una misma porque no va a ser fácil, pero tampoco es imposible, menciona.
“Esa confianza que puedes tener en ti para poder emprender este camino es fundamental porque, si no existe esa confianza, entonces eso también puede en tu contra”, expone que muchas veces en los propios núcleos cercanos ponen en duda las capacidades de las mujeres y por eso es tan necesario tener esa autoconfianza.
En su formación personal, al finalizar el bachillerato decide que quería estudiar la licenciatura “y me encuentro con que no tenía muchos referentes y justo de ahí surge también el tema de mi tesis”.
Dentro de su propia comunidad fue ubicando a personas que habían estudiado y comenzó a darse cuenta de que es posible, al tiempo que también se cuestionaba cómo lo lograron.
"No tener el miedo a preguntar” le llevó a continuar sus estudios universitarios y, al finalizar, explora sobre opciones para una maestría, siempre al pendiente de las posibles becas a las que podría aspirar, “no desistir de la idea”.
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