La milenaria ciudad maya de Chichén Itzá guarda secretos entre sus montes todavía no abiertos al público, uno de ellos se encuentra en el espacio conocido como “Chichén Viejo”.
Una zona, ubicada a unos 600 metros del área principal hacia el sur, que contempla un conjunto palacios mayas, altares y una muralla perimetral que delimita las estructuras donde se han encontrado oficios que pertenecieron a un integrante de la élite maya, se cree que era algún alto gobernante que habitó con toda su familia y sirvientes.
Hay evidencia que del 650 al 700 después de Cristo (d.C.) empezó su desarrollo y llegó a su auge del 900 al mil 200 d.C.
Durante años, la mayoría de los trabajos de restauración se han concentrado en los momentos emblemáticos, grandes y simbólicos como el Juego de Pelota, El Castillo, sobre todo la parte central del sitio, dedicada a los rituales, civiles y religiosos; sin embargo, José Francisco Osorio León, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), indicó que no se sabe mucho del área donde vivía la gente.
Por eso, a finales de los años 90 se planteó una investigación centrada en el Grupo de la Serie Inicial, un área habitacional que estuvo dedicada a la gente de cierto nivel económico, vinculado con la clase gobernante; el sitio está ubicado en la zona sur, conocido como “Chichén Viejo”.
Se trata de un conjunto residencial, de unas dos hectáreas donde habitaba la elite de Chichén Itzá, está conformado por espacios habitacionales y pequeños templos.
Desacan el Templo de los Falos, el Templo de los Caracoles, el Templo de los Monos y el Templo de la Serie Inicial, del cual toma su nombre el conjunto, dado que en este espacio se ubicó un dintel con escritura jeroglífica escrito en la cuenta larga usada por los mayas.
“Ahí tenían sus palacios, área de rituales particulares… Esto lo sabemos a los últimos trabajos de excavación que se han hecho en este sector que nos habla de una línea más clara, completa de la parte central donde se vinculaban las actividades políticas, sociales”, indicó.
También, según detalló el arqueólogo, han encontrado una zona residencial donde probablemente una de los gobernantes mayas tenía su residencia y se dedicaba hacer los rituales asociados a su rango.
Francisco Pérez Ruiz, igual investigador del Instituto, precisó que posiblemente ahí vivía un grupo privilegiado; sin embargo, en los alrededores también habitaban personas que no eran de la élite.
“No sólo es un área exclusiva sino que está combinada con áreas habitacionales de gente de la ciudad”, indicó.
Todavía siguen con los trabajos de investigación para encontrar más hallazgo que revelen datos sobre las formas de convivencia de los antiguos mayas, por el momento esta parte está restringida al público visitante.
“Esto es una prueba de que la parte de Chichén que todavía son áreas inexploradas están ahí, guardando más tesoros” e información, indicó Francisco Osorio. Se espera que pronto pueda abrirse a los visitantes.
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