Especial: Machismo, un boomerang
En México, factores socioculturales que dictan normas basadas en el principio de que “los hombres no lloran”, han generado que muchos varones enfrenten solos problemas emocionales y sin asistencia profesional, lo que en casos extremos puede derivar en suicidios.
En la república mexicana, los decesos por suicidio tienen su mayor tasa en hombres; se registran 10.4 por cada 100 mil hombres y 2.2 por cada 100 mil mujeres, situación que se replica en los estados como en Quintana Roo, donde el 75 por ciento de las personas que se quitó la vida, fueron hombres.
“A nosotros, hablando de la cultura mexicana, las cuestiones culturales nos enseñan que los hombres deben reprimir sus sentimientos y las mujeres sí tienen una condición normal para expresar sus emociones, así hemos crecido la mayoría y va por generaciones y por ello muchos varones reprimen sus sentimientos”, explica el sicólogo Alejandro Baeza Ruíz.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud en Quintana Roo, en 2020 se registraron 209 suicidios: 163 varones y 46 mujeres, lo que significa una proporción de 78-22 por ciento. Mientras que, de enero al 9 de noviembre de 2021, 188 personas se han quitado la vida: 141 hombres y 47 mujeres, 75 por ciento y 25 por ciento, respectivamente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera el suicidio un problema de salud pública que conlleva una tragedia para las familias y para la sociedad.
El sicólogo Baeza Ruíz asegura que en suma, sólo entre el diez y 15 por ciento de los pacientes que un terapeuta o psicólogo atiende son hombres y el resto son mujeres. La mayoría de los pacientes varones asiste por asuntos como depresión y ansiedad. Aun así destaca que de diez años a la fecha, sí se observa mayor interés de los varones por atender su salud mental.
Resalta además, que aunque así ha sido la educación generacionalmente, poco a poco se va cambiando el estigma de que los hombres deben “ser fuertes”.
“Es cierto que ya hay más conciencia de lo que es la masculinidad, ya hay algunos hombres que ya se cuestionan y entienden esa parte, y la palabra clave es la reducación, porque los tiempos han cambiado y todos tenemos la posibilidad de reeducarnos, aún sobre lo que nos enseñaron”, sostiene.
El especialista resalta que en contraste, existe otro sector de la sociedad que muestra resistencia a los cambios señalando a las nuevas generaciones como “cristal” al dejar de normalizar conductas que han sido dañinas.
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