Turismo, comunidades mayas y ''aldeas mayas''

Equipo asesor de la Alianza Peninsular para el Turismo Comunitario

Estos últimos años, el turismo ha ganado espacios en Yucatán y se ha convertido en una esperanza para los habitantes de localidades mayas del interior del estado. En 2015, en la península existían 153 agrupaciones que ofrecían actividades turísticas en sus comunidades, incluyendo baños en cenotes, recorridos en senderos terrestres y acuáticos, tours de kayaks y lancha en el manglar, tours en las milpas y en las comunidades para compartir la vida cotidiana, etc. Por consenso de más de 24 cooperativas locales de los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, a este conglomerado de servicios le han llamado “turismo comunitario”, a veces adjetivado al final como “turismo comunitario sustentable”.

El “renacer del turismo”, lema del Tianguis Turístico que se desarrolla por primera vez en Mérida, ha, sin embargo, permitido el surgimiento de una confusa mezcla de servicios turísticos que “toman prestado” el atributo de lo maya, y que sin querer se extiende entre funcionarios, empresarios y público en general, haciendo eco de una tendencia similar que existía ya en el sistema turístico global. Es así que estamos presenciando el desarrollo de una oferta turística centrada en la “cultura maya”, o mejor dicho, en estereotipos de esta cultura, donde todos los elementos son galardonados con el adjetivo de “maya”. Por ejemplo, varios paquetes ofrecen visitar, comer o hasta dormir en la “casa maya”, mostrando fotos de una choza sin sentido. En el diccionario, choza tiene dos significados: (1) Casa muy pequeña y tosca hecha de troncos o cañas y cubierta con paja o ramaje, en particular la que utilizan los pastores y la gente del campo, y, (2) cualquier vivienda precaria hecha con materiales de desecho o de mala calidad.

En las comunidades, la casa tradicional no se reconoce como "casa maya" se le puede llamar xa’anil nah (casa de huano), sukí nah (casa de zacate); además, dependiendo del tipo de muros se le denomina “ripio”, si las paredes son de mampostería, o bien casa de pak'luum si las paredes son de "tierra". Todas estas construcciones han sido investigadas por su complejidad y por el amplio conocimiento que tienen detrás, es decir, la casa tradicional es el resultado de conocimientos heredados desde la época prehispánica hasta la actualidad. De tal forma las casas tradicionales están mejor adaptadas al calor, a los mosquitos y a los huracanes que cualquier construcción moderna que exista en esta región; simplificar estas y otros valores de la cultura maya, y hacerlo además con un fin comercial que no beneficia a las familias locales, sino a vendedores o brokers del turismo, se acerca a la definición de “folklorización de la cultura”. Con toda razón las comunidades mayas contemporáneas ven con desconfianza, incluso algunas con molestia, esta utilización de su cultura. 

Muchas de estas iniciativas, ahora de moda, no garantizan la propiedad social y la gestión de la actividad turística por parte de los actores locales. Así es que se contradicen con las propias iniciativas de las comunidades y, de hecho, debilitan al turismo comunitario. Si bien, el turismo tiene el potencial de ser una herramienta de planificación territorial para luchar contra la pobreza, para proteger territorios en pugna o muy retirados de los centros de decisión, también ha recibido varias críticas sobre la folklorización de la cultura que conlleva, su posible impacto ambiental y social, sobre todo cuando no se planifica cuidadosamente y en conjunto con las comunidades. ¡Cualquier lugar no puede ser turístico!

Aclarar los conceptos y la semántica del término turismo comunitario es de gran importancia hoy más que nunca, en un estado donde el eje del desarrollo por fortuna se ha ido enfocando al turismo estos últimos años. Las Declaraciones Globales sobre el turismo comunitario sostenible (Otavalo, Ecuador, 2001) y sobre el turismo rural comunitario (San José de Costa Rica, 2003), sientan algunos principios rectores de esta modalidad de turismo. Estos son cinco: 1) Propiedad social de la tierra o acuerdos consensuados, 2) Producción colectiva de los servicios turísticos, 3) Propiedad colectiva de las infraestructuras y del equipo, 4) Toma de decisiones colectivas, y 5) Distribución equitativa de los ingresos turísticos. 

En 2016, tres redes colaborativas que integran 24 cooperativas dedicadas al turismo comunitario en la península de Yucatán (Co´ox Mayab en Yucatán, el Consejo de Turismo Rural en Campeche y Caminos Sagrados en Quintana Roo) unieron fuerzas para demostrar que el término “turismo comunitario” es una vía posible en entornos rurales cuando los actores locales son los que gestionan la actividad. Estas cooperativas ya cuentan con una oferta turística que, hasta antes de la pandemia, recibían de 80 mil visitantes al año. Frente a los grandes cambios que se avecinan en la península, trabajan de la mano para encontrar soluciones locales a problemas globales. De tal forma han construido la certificación “viaja seguro y solidario, viaja turismo comunitario” (reconocida por instancias del gobierno federal y los tres gobiernos estatales), y creado una oferta promocional articulada para evitar competir entre sí y, por el contrario, abrir camino a muchas más comunidades para que se beneficien de la actividad (para más información visitar http://viajaturismocomunitario.com). 

Asimismo, los centros turísticos comunitarios realizaron una estrategia de activación económica, logrando la reapertura de sus puertas a visitantes desde el segundo semestre del 2020. Como alianza cuentan con un equipo y procesos de capacitación, profesionalización horizontal y han comenzado a integrar productos de resiliencia financiera, de modo que enfrenten con mayor resiliencia cualquier crisis similar en el futuro. El turismo comunitario sigue abriendo su camino en la Península en medio de la adversidad de una crisis sin precedentes para la industria turística: la pandemia Covid-19. 

El turismo comunitario, definido desde las mujeres y hombres locales, con sencillez apuesta porque el turista tenga la posibilidad de escoger entre los teatros montados para los shows turísticos (incluso aquellos que caricaturizan su cultura y su territorio), o los espacios campiranos donde los actores locales son los que deciden cómo compartir y a la vez proteger sus recursos y su cultura. En el centro de esta discusión nos queda un concepto: la autenticidad.
 

[email protected]

 Sigue leyendo: 

-Inaugura López Obrador el Tianguis Turístico Mérida 2021

-Miguel Torruco resalta plan de trabajo federal en materia turística

-Vila y Torruco encabezan corte del listón inaugural del Tianguis Turístico

-Cozumel, en ''franca'' recuperación; retomarán Carnaval

-Aerolíneas deben orientarse a una industria sostenible: Aeroméxico

-Tianguis Turístico 2021 será el más planeado y trabajado de toda la historia: Vila Dosal

-Esperan hoteles llenos debido al Tianguis Turístico en Mérida

-Camino del Mayab, ruta ecoturística entre cenotes, haciendas y comunidades mayas

-Mostrará Campeche su riqueza a mil 300 empresarios del mundo

-Palizada espera aumentar promedio de estancia entre visitantes tras digitalización turística a nivel federal

-Isla Aguada espera atraer más visitantes en el Tianguis Turístico

-Tulum tendrá más de 100 citas de negocios en el Tianguis Turístico

-QRoo tendrá uno de los pabellones más grandes del Tianguis Turístico

-Campeche y el turismo próximo

-Sefotur busca Embajadores Turísticos de Yucatán

-Así lucirán las estaciones de Valladolid y Nuevo Xcán del Tren Maya

-Tú turista y tu huella en el calentamiento

-Hotel Camino Real merece estar en Mérida: Leandro Trejo

-Yucatán, en el top tres de estados con mayor inversión turística: Torruco

-Emprendedora de Michoacán busca posicionar su cerveza artesanal en el Tianguis Turístico

Edición: Estefanía Cardeña