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La Jornada Maya
28/03/2025 | Mérida, Yucatán
“Ante el dolor, la literatura no se calla”, fue la premisa que guio la conferencia Leer el tiempo desde la ausencia y el duelo, impartida por la doctora Elba Sánchez Rolón para abrir la reflexión en el II Encuentro de Fomento y Activación Lectora Escribir y narrar como proceso de sanación, dentro de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) 2025.
Frente a un público compuesto por estudiantes y docentes del Cobay, Conalep, la Escuela Normal Superior de Yucatán y la Universidad Anáhuac Mayab, la catedrática de la Universidad de Guanajuato abordó el poder de la palabra en momentos de pérdida.
“Cuando nos duele algo, inmediatamente establecemos una relación con las palabras, ya sea desde el grito o desde el silencio”, señaló. A lo largo de su exposición, Sánchez Rolón enfatizó que, aunque en ocasiones no encontremos el modo de nombrar el dolor, la literatura nos ofrece una vía para expresarlo y reconocernos en sus páginas.
Desde dos perspectivas distintas, la doctora delineó cómo las palabras acompañan el proceso de sanación, “no como medicina, sino como una manera de mirar lo que nos duele y de restablecer una relación con aquello que ya no está”.
Por un lado, está la escritura personal, como sucede en un diario que nos ofrece un espacio seguro para nombrar lo que pasa y gritar en una página cuando algo nos duele. “No se trata de quedar atrapado en el dolor […] sino de encontrar “las palabras que me ayuden a seguir respirando”, apuntó.
Por otro lado, los libros nos permite reconocer nuestro pesar en el colectivo, “generando una idea de comunidad del duelo, no solamente para sentarnos a llorar todos juntos, sino para tomar conciencia crítica de aquellas cosas que nos duelen como sociedad”.
A través de pasajes de obras como Pedro Páramo de Juan Rufo, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, y El invencible verano de Liliana de Cristina Rivera Garza, entre otras, la conferencista ilustró la manera en que el dolor y la pérdida se transforman en materia literaria desde distintas miradas personales y sociales.
“Los trayectos de la literatura, sus luchas internas o épicas […], su exigencia a que nos miremos en sus páginas, están llenos de esta necesidad de recuperar, recordar, sanar o dejar constancia de todas esas cosas que perdemos cuando alguien ya no está con nosotros. No solo leemos, sino que nos leemos en los libros”, expresó en uno de los momentos más significativos de su intervención.
Edición: Estefanía Cardeña