Para los pueblos mayas, los ciclos de la naturaleza no solo representan fenómenos físicos, sino expresiones sagradas del equilibrio entre el universo, la tierra y la vida. Con sabiduría ancestral, observan el movimiento del sol, la llegada de las lluvias, el crecimiento de las plantas y los cambios en el cielo, pues estos fenómenos marcan el ritmo de su trabajo agrícola, sus ceremonias y ofrendas. Para ellos, estos ciclos no solo regulan el tiempo humano, sino que también conectan con el tiempo cósmico, recordando constantemente la interconexión de la biodiversidad en sus ecosistemas y la importancia de vivir en armonía con la naturaleza. Los ciclos naturales deberían ser para la humanidad una forma de vida de paciencia y armonía, cuyos ciclos productivos nos brindan oxígeno, agua y alimentos y la importancia de recibirlos con gratitud. Aquí en La Jornada Mayak, que está celebrando su primera década de vida, he escrito los “tomates no nacen en el súper, ni el agua en la llave”.
Los años de trabajo de jornaleras y jornaleros que a diario hacen posible la edición de La Jornada Maya que es un periódico que ha logrado consolidarse como una voz independiente y crítica y ahora es ya indispensable en la vida pública de la Península de Yucatán.
Su compromiso con el periodismo ético, plural y profundamente enraizado en las realidades socioculturales de la región ha contribuido de manera significativa a fortalecer la conciencia ciudadana y sobre todo la defensa del medio ambiente. En sus páginas y secciones está siempre información y conocimiento para la ciudadanía sobre nuestros recursos naturales, nuestra pesca, nuestras costas, selva y cenotes. Así como sus problemáticas y las posibles soluciones siempre sustentadas en la opinión de la Comunidad científica y académica de la Península de Yucatán, que es una comunidad de gran prestigio nacional e internacional.
La Jornada Maya ha sido durante esta primera década de trabajo un eje estratégico para la difusión del conocimiento científico, acercando el conocimiento a su sociedad y amplificando los resultados de las investigaciones que se realizan en las Universidades, Tecnológicos y Centros de Investigación. En Yucatán tenemos 58 instituciones educativas y ofrecemos más de 450 programas de posgrado, incluyendo especialidades, maestrías y doctorados.
La Jornada Maya con su visión amplia y crítica ha sabido hacer un excelente trabajo en alianza, con la comunidad académica-científica del Sureste y a nosotros como comunidad nos ha ofrecido espacios de expresión y ser también “jornaleros” en sus secciones de opinión y en sus secciones ad hoc como
Fauna Nuestra y
Compa Ciencia, a fin de ofrecer a sus lectores información de primera cumpliendo con el objetivo de la prensa escrita de buscar siempre la verdad, de ofrecer información objetiva y equilibrada, y de servir al interés de la ciudadanía, como un pilar fundamental para la libertad de expresión y la democracia.
Celebro su admirable labor de informar con profundidad, sensibilidad y perspectiva crítica. ¡Enhorabuena por esta primera década de trabajo de la palabra escrita, y en avance lo que sigue siempre con gran visión y liderazgo. Dalila Aldana Aranda, jornalera de La Jornada Maya.