Antes de culminar el 2019, me regalaron una agenda. Una pequeña libreta que lucía en su portada la reproducción de un cuadro de David Alfaro Siqueiros. Desde el principio pude sentir que el curioso artefacto -para mí una novedad- estaba ávido de tinta, sus hojas esponjadas la clamaban.
Luego de un par de meses, finalmente llegó el día del estreno. No se dio el primero de enero; sino el día dos a razón de los rituales de fin de año. Esa mañana, corrí a la papelería a hacerme con el más refinado bolígrafo Bic que tuviera Los Girasoles entre sus anaqueles. Era de color negro.
El regalo me había caído “como anillo al dedo”, pensaba. Uno a uno anotaba pendientes y tareas sobre la superficie de la que se volvió mi mejor amiga, mi compañera. También compartí con ella pensamientos y desvaríos en una que otra etílica ocasión.
Recuerdo aquel concierto de Hombres G, el último al que asistí. He de reconocer que el cuarteto español no goza un lugar privilegiado entre mis aficiones musicales, pero era chamba. Jamás iba a imaginar la nostalgia que hoy me genera escuchar a David Summers y la invitación a visitar su bar.
Habrá sido cosa de dos o tres días cuando las alarmas comenzaron a encenderse. Llegaron las cancelaciones, las entrevistas telefónicas, el Zoom y antes de darnos cuenta, las telepantallas se habían apoderado de nuestra frágil cotidianidad como en una novela distópica.
Pude atestiguar a algunos infantes en edad escolar celebrando sus inusuales vacaciones. Oficinistas entusiasmados decorando los espacios que ahora serían su lugar de trabajo. Obreros aún con goce de sueldo en un constante ir y venir a los expendios de cerveza.
Los días se hicieron semanas, y luego meses. La agenda, todavía ávida de tinta, se fue humedeciendo a razón de la falta de tránsito dactilar entre sus extremidades. La pluma Bic también se secó por la ausencia del flujo de su sangre. Los dedos se entorpecieron de igual manera.
Las pantallas encontraron una grieta en la fragilidad de la rutina y el camino prácticamente se trazó para ellas. Mirando al horizonte desde la ventana, me encontré tratando de dimensionar una y otra vez la magnitud de lo que sucedía. Sin duda, algo trascendente.
En los orígenes pandémicos de Yucatán, nos fuimos enterando de gente que se quedaba sin trabajo; de medidas que considerábamos cada vez más extremas y también, del amigo de un amigo que había contraído la enfermedad del siglo.
No desprovistos de cierto nivel de escepticismo, no fuimos pocos quienes seguimos religiosamente el informe de la Dra. Paty todos los días a través de los canales oficiales, en busca de alguna buena noticia. Ma(d)reada por la numeralia, la población fue cada vez más cauta del peligro del virus.
Luego llegaron las secas. Las carteras secas; las emociones secas; y claro está, las gargantas secas. Como piezas de dominó, las articulaciones de nuestra cotidianidad fueron cayéndose a pedazos hasta convertirse en un solo montículo de necesidades.
Mi agenda de Siqueiros sigue acompañándome a varias de las cada vez más frecuentes aventuras. Todavía es de mi agrado, aunque no al nivel de nuestros primeros días juntos. Por ejemplo, sus señales pasaron a segundo plano y no siempre tengo ganas de respetar los bordes que dividen los días. Tampoco me esmero ya en plasmar en sus páginas la tinta más elegante.
No siempre es conveniente verter todas las esperanzas en una sola idea. En especial cuando es el tiempo y sus caprichos los dueños de la última palabra. Por lo menos, disfruto cada vez que observo en mi agenda 2020 la reproducción de Los Caminantes que me recuerda que no todo está perdido.
Este texto forma parte de una edición especial que La Jornada Maya preparó para sus lectores al cumplirse un año de la declaratoria del Covid-19 como pandemia por la Organización Mundial de la Salud.
La cobertura completa la puedes leer a continuación:
-Reflexiones a un año de la declaratoria de la pandemia
-Hemos tenido siempre como guía priorizar la vida y la salud: Mauricio Vila
-Restricciones por coronavirus causaron enojo; fueron decisiones difíciles: Aysa
-Detener actividad turística de QRoo, la decisión más difícil: CJ
-Campeche, con esperanza de una nueva normalidad ante Covid-19
-Del 'puente' a una nueva forma de vida
-Muerte y estrés: paramédico relata experiencias a un año de la pandemia
-Hospital General de Cancún tuvo que reconvertirse para atender a pacientes Covid
-Politizar pandemia afectó el manejo de la enfermedad: Guerrero Flores
-'A un año, todavía existe temor de contagiar a nuestras familias', enfermera
-Habrá ‘antes y después’ de la pandemia, asegura investigadora clínica
-La península de Yucatán, a un año del comienzo de la pandemia
-En 2021 han fallecido 98 trabajadores de Pemex en Campeche
-Mi egocentrismo y la pandemia
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-A un año de cobertura por tiempo indefinido
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-Dili Envíos: un proyecto que supo aprovechar la contingencia sanitaria
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-Por pandemia, Yucatán perdió más de 17 mil empleos: Canaco
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-Un año de la pandemia: El virus con más de 2.5 millones de víctimas
-Imágenes y sonidos extraños en los diferentes escenarios deportivos
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Edición: Ana Ordaz
Morena, PT y PVEM celebran adhesiones que, aseguran, fortalecen el movimiento
Astrid Sánchez
El productor, quien representó al personaje por 20 años, falleció en Las Vegas luego de una cirugía del corazón
Efe
Todos los negocios de este tipo deberán obtener una tarjeta sanitaria
La Jornada
